Se demoró pero aquí está: la segunda parte de la charla con el maestro Palo Pandolfo. Leerán en el título de esta nota las palabras "Semana" y "Pandolfo" juntas. Se ve raro pero es lo que es: desde hoy hasta el viernes verá la luz toda la palabra de Palo, una parte por vez. Es decir, la nota más extensa publicada jamás por este sitio (que, saben los lectores, no es precisamente de andar abreviando...). Por tiempos de desgrabación y por extensión total no podíamos publicar la nota entera en una parte, pero todos ustedes podrán seguir el hilo de la charla de comienzo a fin, apenas recortada por "temas", así entre comillas porque a partir de un solo tópico nos fuimos al infinito y más allá.
Y se va la segunda. Empezamos por el saludo Obama-Castro y llegamos a un tema que Palo no puede pasar por alto: sus años cocainómanos, cuándo paró y por qué quiere contar la posta sobre la merca (que incluye razones de corte histórico). Arranca hablando él, inspirado e imparable: con ustedes, Palo Pandolfo.
EL FIN ES EL PLACER, LA MONEDA ES EL ENGAÑO
…Ahora yo tengo más perspectiva del presente también, por la edad y por la experiencia. Por la prueba y el error. Es bastante científico el momento mío, estoy muy cientificista.
De hecho te leí decir que la vida empieza a los 40.
Bueno, pero eso lo escuché decir, es un refrán como “Al que madruga, dios lo ayuda”.
En las notas me pareció que lo decías por tu experiencia personal.
(Susurra y señala) Por ella [se refiere a su mujer Verónica]. Yo a ella la conocí a los 38 y a los 40 nació la nena. Ella es una persona que a mí me cambió la vida, Verónica. Es una maestra, aparte de ser mi compañera me enseñó mucho. La conozco en un momento expansivo mediumínico-chamánico en mi vida, había conocido mucha gente, me había divorciado hace un año. Esto fue en 2003, tenía 38 e iba a cumplir 39 justo a fin de ese año.
Año de cambios...
Sí, es el año de Néstor [Kirchner], digamos. Y ahora es el mismo año, pasaron 12 años y es el año de la cabra. La cabra de madera, esto es lo lindo: este es un año maravilloso, creo, pase lo que pase, no importa. Más allá de todo. Lo que decíamos antes [en el desayuno]: Obama-Castro. O sea, hay una reconciliación histórica tras 50 años de misiles apuntándose mutuamente, una tensión global densa. ¡Y ahora se dan la mano! no es un hecho menor en la historia del mundo que Cuba y Estados Unidos se den la mano. Nos han comido la cabeza desde antes de mi nacimiento, yo creo. Nací y ya estaban con la guerra, supuestamente, Fría.
Toda nuestra vida estuvo el bloqueo.
¡Toda nuestra vida en tensión! Y uno diciendo “no, pero Cuba es divino”. Bueno, pero San Francisco también tiene su gente. Uno tiene amor por esa parte de Estados Unidos: tenemos una perspectiva más psicodélica nosotros, nos gusta todo. Tenemos una posición política pero de alguna manera, también, una apertura que es más trascendente a la política. Igual llega en un momento en el que te ponés, o yo por lo menos me pongo, muy político. Y soy un poco… Trato de mantenerme siempre del lado del espíritu, de lo artístico, de lo espiritual. Creo que si el mundo pudiera entender la trascendencia de cada pequeño acto... Si yo buscara la revolución la buscaría desde lo espiritual, siempre. Como decir: sepamos que cada pequeño acto que vos hacés tiene una trascendencia en el universo que te va a responder a vos y se te va a volver en contra. Como el concepto de la reencarnación, del karma. La ley del karma: cada acto que vos hagas va a tener una consecuencia en el universo y va a volver. Vos estás fluyendo en esa marea de energía, entonces: cuidemos nuestros actos porque nos van a repercutir a nosotros por puro egoísmo. No es que yo quiero ayudarte a vos porque soy bueno y a vos te veo mal: te voy a ayudar porque vos me vas a ayudar a mí, nos vamos a ayudar mutuamente. Siempre el acto que yo haga me va a volver, y si tirás mierda, te vuelve mierda. Y si tirás un papelito te va a volver un papelito, te va a volver en la oreja y vas a ser un sordo (se ríe). O sea, de alguna manera, entender ese funcionamiento del cosmos me parece una boludez, pero evidentemente no nos resulta muy fácil porque estamos todo el tiempo pasando por encima de los demás y tirando mierda, como comportamiento global en la ciudad de Buenos Aires.
Pareciera el comportamiento habitual en las grandes ciudades.
Sí, volviendo al tema de lo geopolítico y de moverse de la ciudad. Creo que sigue siendo uno de los ejes de mi pensamiento, ponele, con perdón de la palabra (risas). Yo estoy en contra del pensamiento, prefiero la intuición y buscar la sabiduría del cuerpo ¿no? Pero bueno, uno piensa. Y creo que siempre el posthippismo, el ecosocialismo, son “bueno, ¡salgamos de la ciudad!”. ¡Y hasta salgamos del Gran Buenos Aires, también!
Es una idea que está impregnada en el rock argentino esa idealización del campo.
¡Sí, sí! (Enfatiza). “Vamos al bosque, neeena” (canta y se ríe). ¡El Flaco odiaba ese disco! (Risas). Pero es genial, “La búsqueda de la estrella”, mata; está lleno de milagros de la composición de Spinetta. Y todo lo que es Miguel Cantilo, que vive acá a la vuelta y es uno de los primeros en venir acá. Él sí se fue al Bolsón, él lo hizo: en la contratapa del disco [se refiere a Conesa de Pedro y Pablo] estaba, las fotos esas de los hippies con chalecos de lana, de cuero crudo, como desnudos pero con un chaleco de animal crudo... Con esos rulos rubios era un príncipe Miguel.
Y bueno, de alguna manera Los Visitantes, qué sé yo. Quiero cerrar esa parte de la charla y llegar a algún punto, aunque igual el punto es bastante luctuoso porque llega el ’99... Lo bueno del ’99 es que nace mi primera hija, mi hija mayor. Ahí hago un clic en mi vida. Digamos, en el ’94 me fui de la Capital y me fui depurando en el ’95. Tuve un gesto con la banda muy fuerte: decir “bueno, no vamos a tomar más merca”.
Ahí pararon.
Paramos.
Te fuiste de Capital y al poco tiempo hiciste eso. Hiciste una doble limpieza.
Al año y medio dije basta. Basta de salir así a los escenarios porque era un delirio salir siempre así, algo en mí me dijo que no daba. Pero recién pude terminar con la merca (lo dice susurrado, muy bajo) en el ’99.
¿Cuando se separaron?
Sí. En julio del ’99 fue el último show y mi nena nació en septiembre. Yo ese año ya había dejado, dije “listo, ya está, basta”. Fueron doce años, del ’87 al ’99.
¡Don Cornelio y Visitantes, digamos!
Sí, sí. Bah, no, Don Cornelio es del ’84. Desde que grabo el disco: en el disco yo empecé a tomar porque era como una ley, un gaje del oficio. Es lo que hacían todos los que estaban grabando el disco con nosotros. Es más, era: “tomá”. Fue casi una obligación, no había manera de no hacerlo. Me tenía que ir a mi casa y... no se podía, era imposible.
Era tan común como tomar mate.
¡Exacto, era como tomar mate, muy bueno! (Risas). Y estaba bien visto en ese momento. (Vuelve a susurrar) Che, boludo, esto es importantísimo: hablando de política cruda y geopolítica, el jueves... Tenemos un grupo de yoga con un instructor hace 10 años, siempre con el mismo chabón, los jueves. Viene acá, antes era en la quinta de allá, son 10 años de disciplina. Vienen algunos amigos, somos un grupo divino que practica yoga, qué sé yo. Y el otro día estábamos hablando con el instructor, que es un pibe más grande que yo (56) y es un sabio: él trajo a Eduardo Mateo a la Argentina, fue productor. Es un chabón de prensa, del rock, de la militancia de los ’70... Y ahora es un dios, un gurú. Y me dijo (susurra): “el que introdujo la cocaína a nivel narcotráfico en Argentina, ¿sabés quién fue?”. ¿Sabés quién fue, Santiago? (Se ríe y deja una pausa suspensiva). Galtieri. Leopoldo Fortunato Galtieri. Hay una foto en el Clarín con Luis García Meza, un boliviano, subiendo a un avión, abrazados. Eran milicos bolivianos, ¡narcos! Y la foto es la tapa del Clarín ¿viste Clarín cómo es, no? Estaban poniendo en la tapa el principio del fin de la cultura argentina. Del espíritu. Anunciándolo: el fin del espíritu. El otro día me encontré con Mollo, que también vive acá cerca. Y me dijo algo genial: “la cocaína te va comiendo el espíritu hasta que no te queda nada”.
Eso lo dice Héctor Starc también, que se ve en los ojos de la gente que toma.
Claro, porque aparte son categorías espirituales. Trae una categoría equivocada, trae demonios. El tema es que Galtieri (susurro) introduce la cocaína en Argentina. Y él con el vaso de whisky va a Malvinas tomando merca, o sea... Qué sé yo. Yo siempre que hago notas me digo “no voy a hablar de la merca” porque los pendejos toman y yo quiero que los pendejos vengan y compren entradas. Porque siguen tomando. Y yo me siento como un viejo decad... los pendejos deben pensar que soy un viejo decadente, aburrido, esa es mi paranoia.
¿Vos decís? ¿Por haber dejado?
Por hablar y estar bajando línea de “la merca esto, la merca aquello”. Porque pontifico o soy moralista, soy un reprimido, no sé lo que pensaran. Pero termino hablando siempre de la merca, ¡es una obligación moral que tengo ahora! (Risas). O espiritual si querés, más que moral. Y ahora que me enteré esto, que Galtieri fue el introductor acá, directamente ya estoy con los botines de punta. Ahora voy a ir más adelante y en contra, es como una misión. De alguna manera la conocí y lo digo desde adentro, la tenía que conocer para poder comunicar algo.
Y pensar “mirá cómo entró esto, era parte de un plan siniestro”.
Era parte de la locura asesina y geopolítica y de alguna manera la DEA estaba, el servicio antidroga de Estados Unidos. Ellos lo que hacen es manejar, como en Colombia, todo el quilombo. Que es esa guerra civil, supuestamente revolucionaria: al final es pura guerra de narcos con diferentes potencias. Porque Colombia sigue siendo el gran productor de merca para Beverly Hills y para todo Estados Unidos. Sigue todo el mercado fuerte de una guita que no paga impuestos y que es una fortuna.
De hecho, el partido de Maradona de ayer que comentábamos hace un rato, ¡¿no era por esto?! [El Partido por la Paz que se jugó el 10 de abril]
¡Sí, por la paz en Colombia! Con Los Visitantes paramos con todo ese tema de la merca. Nos contrata Universal en el ’96, estallamos, tocamos ante 30 mil personas en Argentina Vivo pero igual la banda... las bandas que empiezan a triunfar en ese momento son las bandas que adhieren al reviente. Y se consolida el rock chabón que son gente tomando merca y gritando algo en el escenario. Ahora entender lo que está bajo el aura del Galtieri es como decir “ya está, ¿viste que tenía razón, boludo? La merca es mala”. Y no lo digo yo, lo dice la gente del barrio pulenta de acá, la gente pulenta real lo dice. Te fumás un faso, tenés tu planta, estás feliz, te tomás una ginebra, qué sé yo... Pero la merca es mala, los chabones que saben lo dicen. Y de alguna manera, bueno, Argentina está como... es uno de los puntos críticos. Me parece que falta gente como yo, aunque suene medio egocéntrico, me gustaría que más gente tome este discurso. Que se anime a decirlo. Nadie lo dice, no escucho a nadie. ¿Vos escuchás a alguien hacer un discurso anti-merca claro y público?
Más bien te diría que no.
¡Yo tampoco, boludo, estamos en el horno!
Sigue siendo cool...
No, eso creo que no. Para mí no es cool. Todos mis amigos cool no toman, como Alfonso Barbieri, Tomi Lebrero.
Pero no está esa condena de la que hablás, a eso me refiero.
No oralmente. Pero si cualquiera de nosotros, que somos amigos y somos un grupo muy grande de gente copada, divina, que tiene inquietudes, saca un saque...
Y te dicen “No, salí de acá”.
Directamente no te llamo más. Está remal vista ahora. Antes estaba bien vista, si yo en el ’87 venía y te decía “querés un saquecito” vos me decías “uy, qué bueno…”. ¡Qué cool! Era cool y aparte era de la alta sociedad, o de la clase media-alta. Hoy por hoy la gente bien, de la vanguardia, incluso la gente de clase media y la gente común no toma. Hay gente que la tiene más clara pero no todos y sigue siendo un gran negocio, sigue estando el paco, la merca. Evidentemente cambió el concepto, los chicos cultivan plantas con sus padres, el cultivo está muy de moda, se debate la despenalización. Lo que sí me parece es que hay poca gente de mi generación tomando la bandera de decir “chicos, esto no”. Vamos a buscar un San Pedro, hay un montón de cosas bárbaras para ponerse del orto. Si querés, experimentar hacete unos brownies, unas galletitas, ocho horas reloj. Sin químicos porque la industria... Igual, hoy por hoy está llevado a la alimentación también, yo ahora compro cuando compro comida industrial…
Es que está relacionado todo.
De alguna manera con ver a la industria como un enemigo de la naturaleza, de la vida.
Bueno, de hecho se da una importante discusión política y social al respecto. Con la instalación de Monsanto en algunos países sudamericanos.
¡Sí, con Monsanto, exacto! Que es una cosa tremenda, dantesca, contaminante, sórdida del orto, hija de puta. De alguna manera están ahí. Hay una gran oposición a Monsanto, es casi vox populi que contamina y no hay forma de pararlo, eso es lo que me parece terrorífico. Hay cosas peores pero ese tipo de cosas son de las peores. Porque digamos, por ahí si vos te le plantás a Monsanto finalmente vienen los aviones yanquis y te bombardean. No sabemos qué hay atrás de Monsanto, si está el ejército inglés o Estados Unidos; hay como relaciones de los capitales globales con lo armamentístico y, si vos te hacés el loco, te bombardean. Está esa paranoia, ese aviso. Hay que ver si se hace o no.
Vos decidiste dejar de tomar un año y pico después de estar acá, no es casual.
¿Viste Siddhartha? Es un camino espiritual de la vida, la vida ethos. El Buda es nosotros, cada uno de nosotros es un Buda si querés, un camino. Y bueno, tenés la posibilidad de llevarlo hacia la liberación, hacia la expansión total; o quedarte atrapado en fantasmagorías y cosas endemoniadas. Pero falta, falta un poco de honestidad, incluso gente importante del rock: del Indio Solari para abajo nadie dice nada, no hicieron el clic o sienten culpa o toman o algo. Me parece que hay que hacerse cargo.
Quizá por lo que decías antes que te pasa a vos mismo, de que no se los acuse de caretas y demás. A los shows del Indio sospecho que mucha gente va con cierto ánimo de “liberación”.
Sí, puede ser. Ojo, igual también va gente que va con niños, no todo es así. Hay una reformulación. Pero está esa parte de ritual báquico, que es comprensible. Yo lo que planteo de un show de La Hermandad también es lo mismo, entiendo que la onda es activarse, ir a ponerse del orto con lo que uno quiera. Yo con el yoga, si respiro diez minutos determinada respiración quedo loco, solo (hace la respiración). Levanto la energía y estoy como “boooing” (imita un sonido de rebote). No necesito nada ya.
[Fotos de Palo por Fernando Manino Dachdje. Pertenecientes a los rodajes de los videoclips "Más que humanos" y "Madre computadora"]
1 comentario:
Me gustó la nota... bien ahí Palo. Las cosas por su nombre... y la merca es una mierda... dejémonos de hinchar las pelotas... está bien decirlo.
Muy buena nota!
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