lunes, 18 de abril de 2011

El Instinto mío y el Color de esos Labios

Dos semanas atrás.
Viene a tocar al país una banda extranjera de renombre, de ésas que la prensa nunca se cansa de elogiar y que no son muy conocidas por el gran público. Yo, lector-buceador-buscador de música nueva para mis oídos -de manera incesante y obsesiva- los tengo apenas escuchados: hace un par de años me bajé el disco At war with the mystics, no me pareció merecedor de tantos aplausos y lo(s) olvidé en algún rincón virtual. Sin embargo, sí vi por television, hace un buen tiempo también, un show de la banda en cuestión. Y me gustó mucho, por el color que le ponían al vivo, por contar con un cantante bastante freaky y una (puesta en) escena original. Ésa vez, la música me había gustado más, pero tampoco me había vuelto loco.

Volvamos al ahora más cercano.
Pasaron los días de enterarme que venían, se acercó la fecha del show y, sin saber del todo por qué, les di otra chance. Intuía que me perdía de algo, quizá. Me bajé Yoshimi battles the pink robots y me encantó/a. Ya sabía que en Groupon -esa página de descuentos en la que me anoté días después de enterarme que conseguías entradas para Ozzy a mitad de precio- te vendían el campo a 85 mangos, que es guita pero no son los 170 del principio. Y un 50 por ciento de descuento no está mal, nunca.

Vamos.
Y fuimos nomás. Y desde el día del show, excelente y lleno de elementos musicales -con ése costado pop súper directo, algo de electrónica, y una buena dosis de psicodelia/cuelgue- pero también visuales, humorísticos, sensoriales, fiesteros, payasescos y todo lo que quieran, no los dejé de escuchar. Me encontré con discos llenos de buenas y juguetonas canciones, en especial tres de ellos: Transmissions from the Satellite Heart, el citado Yoshimi... y el magnífico The soft bulletin.

El instinto me decía que me perdía de algo interesante y por suerte, me mandé conociendo a la banda de un modo más bien superficial. A veces, ir a buscar la experiencia antes de saber bien de qué trata trae sus frutos, y a los Flaming Lips todavía los estoy descubriendo. Pero empecé de la mejor manera.

lunes, 11 de abril de 2011

Así me gusta, Turner

El pibito de los Arctic Monkeys (le digo el pibito aunque sea unos días más viejo que yo) finalmente lo ha logrado. Después de años, como cinco, de notar en él algo interesante -me agrada como frontman, por ejemplo- sin que termine de cerrarme su música, Alex Turner se destapó con un bonito EP que contiene seis canciones susurradas con un desgano encantador, sencillitas y bien arregladas, ideales para el otoño que estamos comenzando por esta parte del mundo.

Imagino que ya lo habrán visto por todos lados pero de todas maneras, quería destacar este disquito de canciones que forman parte del soundtrack de la película Submarine porque nos muestra un costado más épico y menos furioso de un pibe que, por suerte, parece crecer con la mente abierta, la voz más clara y ganas de buscar nuevos senderos. A disfrutarlo.