martes, 28 de octubre de 2014

Acorazado Potemkin, tres por tres


Tercera y última parte de la hermosa charla con los tres Acorazado Potemkin. No por casualidad publico todo lo que se habló (más allá de mi costumbre de hacerlo...): lo dicho por Federico Ghazarossian, Lulo Esain y Juan Pablo Fernández es interesante y profundo. La dosis de humor que tiene el texto me sorprendió a mí mismo al desgrabar y sorprende al releer: sospecho que Juan Pablo podría ser un tuitstar si se lo propusiera, por su capacidad para aprovechar el hueco y clavarla al ángulo con unas pocas y precisas palabras (aunque no creo que esto esté entre sus objetivos más próximos).

Lo demás ya lo saben. Que fuimos con Miriam y Vicky y que la charla abarcó un temario amplio o, como titulara la revista La García una vieja nota con Los Redondos, fuimos "del universo al bife". En este cierre, los AP nos cuentan cómo sobreviven (o no) de la música; reivindican la movida de festivales autogestionados por sobre los megaesponsoreados; reconocen a nuevos valores de la escena; y profundizan en el porqué de su nombre.

NOTA: Santiago Segura y Miriam Maidana
FOTOS: Victoria Schwindt

[PRIMERA PARTE - SEGUNDA PARTE]


"SOS MÚSICO Y... ¿DE QUÉ TRABAJÁS?"

MM: ¿Ustedes pueden vivir de la música?
JPF: Tenemos siete u ocho cosas que están incluidas en la palabra “música” (risas). Cada uno arma el puchero con un montón de cosas distintas. Yo, ponele, hago desde gráfica, hasta música para obras de teatro o películas.

SS: ¿Gráfica en qué, hacés diseños de discos y demás?
JPF: Sí, claro, soy diseñador gráfico. Y bueno, paro la olla haciendo muchas cosas... Como le pasa a la mayoría de la gente, en todo el mundo, salvo a los europeos.

MM: A los psicoanalistas nos pasa lo mismo. Igual es ridículo pensar que vas a vivir de una sola cosa.

SS ¡No debería ser tan ridículo! (Risas).
FG: Estaría buenísimo, para estar con la cabeza sólo en eso. Me gustaría vivir sólo de la música. Hace siete años que hago cualquier cosa: vendo rodillos, trabajaba en pruebas de coches, me contratabas para estar parado en la esquina y me quedaba parado en la esquina... (Risas). Pero porque musicalmente había meses donde no ganaba un mango. Hace cuatro años que estoy con cuatro o cinco bandas, algunas que son eventuales y otras más fijas, pero hay meses donde igual no llegás y entonces terminás haciendo cualquier otra cosa; aunque siempre esté pensando en música.

MM: ¿Pero no estás dando clases?
FG: Sí, tengo algunos alumnos, pero pocos...

SS: ¿Y ahora qué de todo eso hacés, aparte de la música?
FG: Lo de los rodillos. Salgo a vender rodillos y pinceles, hace siete años que lo hago, lo sigo haciendo porque… ponele, este mes estoy al horno (risas).

JPF: No musicalmente, económicamente (más risas).

FG: Tengo un par de alumnos y nada más.

LE: Y los alumnos van y vienen. Yo medio que me armo entre Acorazado, Valle y Motorama más los laburos que hago de drum-doctor, en estudios de grabación y eso. Y después tengo algunos alumnos. La otra vez estaba yendo a tomarme el bondi y me crucé con el verdulero, y me pregunta: “¿vas a laburar? ¿De qué laburás vos, Luciano?”. “¡Toco la batería!”. “¿Y ganás plata con eso?” (Risas). Entonces yo le digo: “¿qué es ganar plata, recuperar la plata que gastaste el mes pasado, o juntar para el mes que viene?”. Es un poco eso, saco de un lado y pongo en el otro, voy tapando huecos. Pero no hago otra cosa por fuera, todo está relacionado a la batería y a la música.

JPF: A mí el verdulero me dijo que nos había visto en Encuentro (risas).


LOS FESTIVALES, LAS BANDAS NUEVAS

SS: ¿Y con la Ley de la Música se activó algo ya?
LE: Todavía no, no hay nada claro.

FG: Eso de que no te tienen que cobrar el sonido, por ejemplo, todavía no cambió. O que tiene que haber un cachet fijo.

JPF: Igual a nosotros la experiencia nos juega a favor, ya sabemos por dónde movernos. Pero sigue estando el tipo que te hace vender entradas, sigue estando el que te cobra la cerveza...

LE: Y también pasa que sigue estando la banda dispuesta a pagar para tocar antes de una banda que viene de afuera. O incluso para tocar con bandas de acá. Y eso es lo que determina que se siga sosteniendo esa porquería de hacerle vender entradas a la banda, que pasa desde que yo era muy chico. Yo siempre me dije que nunca en mi vida iba a hacerlo. Igual, hay algo así como movidas paralelas, que no se cruzan. Hay un circuito de bandas que tocan en ciertos lugares, que capaz arman un festival de cinco grupos y no se prestan las cosas entre sí, y en la puerta tenés que decir a qué banda vas a ver... ¡Y se piensan que tocar es eso!

JPF: Y después hay otra cosa linda que está pasando en el ambientillo nuestro, y es que empiezan a animarse a hacer producciones más ambiciosas los productores de por ejemplo el Festipulenta, el FestiZAS, el Music is my Girlfriend, el mismo FestiPez que hacen los chicos... La gente y el músico no tiene miedo de animarse a ir a un escenario más grande; los músicos y los productores tienen ganas y entonces venís tocando en un lugar chico y de repente se alquila el Matienzo y se pone hasta los huevos porque todo el mundo quiere ir creciendo de escenario y de público, y de ahí se va al Konex y de ahí adonde sea.

FG: Hay gente que se está animando, y es lo que te da Internet de no depender de un gran medio o de una radio. Antes el festival era de tal persona y nada más. No por nada se creó el FestiPez, y lo que generaron es algo buenísimo, demostraron que se puede hacer.

JPF: En el FestiPez o en el Festipulenta cobramos todas las bandas lo mismo, tocamos todas las bandas la misma cantidad de tiempo, todos con el mismo sonido.

FG: Y no te cobran una fortuna, no te rompen el culo para que estés todo el día viendo el cartel de Pepsi ahí (risas). Esa política de festivales que te cobran una entrada de 600 pesos y vos tenés que comprarles el agua y el pancho a ellos, te tratan como el orto y no te dejan entrar comida. La gente paga para que la forreen. O largan una preventa del Lollapalooza y te rumorean artistas para que se vendan las entradas: “viene Jack White”.

LE: Claro, lo que pasa es que te conviene comprar las entradas ahora, ¡porque el año que viene van a estar una luca! (Risas).

MM: Volviendo a lo que decían de los lugares de acá, El Matienzo, por ejemplo, es un lugar que tiene su público más allá de los shows. Está el que va a los shows y también el que va a comer algo porque es un lugar encantador. Se abrió todo otro circuito, aunque Macri se la pase cerrando lugares...
JPF: Y en el Matienzo no hay patovicas en la puerta.

SS: Son pibes como nosotros los de la puerta.
JPF: Claro, es otra lógica también. Después hay algunas cosas que pasan que son rarísimas, por ejemplo: hacés una guitarreada en tu casa y te meten una denuncia, en vez de tirarte un huevo como hacían antes. Antes te puteabas con los tipos, te cagaban a huevazos, les decías “bueno, ya va…” (Risas). ¡Ahora tenés que tener una habilitación para hacer una guitarreada en tu casa!

MM: ¡Y si guitarreás no podés bailar, es increíble! 
JPF: Igual yo nunca hice temas para bailar (risas).

FG: ¡Tiene que ser "Clase B" tu casa! (más risas).

LE: Eso pasó, me acuerdo de alguna vez en el Podestá que empezaron a decir “por favor, no se paren a bailar”.

SS: Increíble. Mencionaron varios festivales, y ahí ustedes comparten fecha con bandas más jovenes. ¿Cuáles les gustan?
LE: Compartimos en los festivales con bandas a las que les llevamos 10 o 15 años, sí. Me gustan Riel, Atrás Hay Truenos, los chicos de Córdoba del [Un día perfecto para el] Pez Banana... No sé, hay un montón.

JPF: Los chicos de Marvin, que ensayan acá, Tulús, Crema del Cielo, Norma (aunque son un poco más grandes). Los más chiquilines de ahí son los Tulús.

FG: Y Las Diferencias...

JPF: Sí, Las Diferencias me encanta. También Sur Oculto, que son más grandes pero son buenísimos.


NAVEGANDO EN EL "ACORAZADO"

MM: En relación al nombre de la banda les quería preguntar algo [nota: alerta spoiler de una película que tiene 90 años]. El otro día recordé aquello de los marineros cuando se rebelan en El Acorazado Potemkin por el tema de los malos tratos, y entregan la comida en mal estado. Pensaba que ustedes de alguna manera toman ese nombre marcados por esto, por cierta rebelión de la que venimos hablando, cierto movimiento de abajo. Que no tiene que darse necesariamente abajo, tampoco pretenden liberar a las masas. No sé si queda claro...
FG: Yo te puedo decir cómo lo tomé yo siempre. A mí la película me marcó, todo ese cine que iba a ver a la Lugones y al Cosmos, que era Bergman, Tarkovsky y Eisenstein. Me las vi todas. Me costaba la palabra "acorazado" por la parte militar, pero en la película y lo que me transmite hoy por hoy la banda es ése... Sueño de libertad, ¿no? El sueño sigue todavía, mi chiste interno era ése: el sueño sigue.

JPF: No era algo ingenuo, seguro.

FG: No por algo grandilocuente, sí por los derechos de cada uno. De preguntarse por qué aquél tiene más derechos que yo, ¿porque tiene plata? ¿Porque es policía, porque es juez, porque puede pagarlos?

JPF: A mí lo que me fascina -y que fue lo lindo de recrear- es cierto espíritu adolescente del que hablamos. Una de las cosas que más me gusta de la película es esa chispa que enciende algo, cómo funciona ese entusiasmo, ese impulso de cuando uno es más chico. Entonces uno está intentando recrear ese impulso de cuando es más pibe y, obviamente, son unos anteojos para mirar, es una forma de pararse, no es ingenuo, no es inocente, es rojo, hay un montón de cosas que le podés encontrar. Pero desde una cosa muy personal, a nuestra escala, me parece que tiene que ver con que uno hace rock para compartir eso. Esa rebelión, esa actitud, ese ideal de libertad. O buscar una sensación de libertad, aunque nunca te sientas libre del todo: siempre compartida, siempre nosotros, siempre colectiva.

LE: Un poco ese espíritu del Do It Yourself del punk rock, también.

FG: Un día tuvimos la suerte de hacer un show en Mendoza tocando sobre la película, con la película de fondo. Se proyectaba El Acorazado..., y nosotros estábamos tocando abajo. Se juntó mucha gente, era la primera vez que tocábamos en Mendoza y aparte estaba toda la gente así (mira para arriba).

JPF: Hay por ahí una foto hermosa de eso.

FG: Aparte fue en un cine de la década del ’40, ponele, y se juntaron como 300 personas. Le decíamos a la gente de la organización “no vemos un carajo” (risas) porque teníamos tres veladores nomás.

JPF: “Y bueno, sino no se ve la película”, nos decían (más risas).

FG: Trabajábamos con la luz de la película. Y en un momento, creo que fue justo en la escena de la escalera, estábamos tocando Puma Thurman... Ahí fue un flash.

JPF: Aparte mirabas a la gente y estaban todos así (mira para arriba como Federico), no nos daban ni cinco de bola.

SS: Estaría bueno que lo hicieran de nuevo.
JPF: Nos gustaría, estaría buenísimo. Sé que hay una versión musicalizada por los Pet Shop Boys, también. Se han hecho muchas cosas. A mí siempre me gustó que el grupo tuviera el nombre de algo, que la banda tenga algo que nos englobe y nos supere y nos trascienda a los tres. Que hablemos de eso como si fuera otra cosa y no la suma de nosotros. “Toca Acorazado”, me gustaba eso. Y después todas las cosas que te puede traer, no sé... yo la vi en el Centro de Estudiantes del colegio. Pero para mí en particular reencontrarme con la guitarra y con una forma de componer, hacer un trío... fue muy importante. Había muchas cosas que tenían que ver con eso, con lo que creíamos que eran ideales del rock. Después uno va creciendo y se da cuenta de que ni el rock ni ningún movimiento tienen sus propias formas y nada está ajeno a lo que pasa alrededor y a la gente que lo compone. No es que el rock es una cosa y el tango otra cosa, está lleno de cruces por todos lados.

FG: El rock venía bastardeado de todas las cosas que pasaron en los ’90, hubo un momento que no pasaba nada, de una sequedad de ideas... Y creo que después de lo que pasó en el 2001 con De la Rúa y todo el problema que tuvimos, de vuelta volvió la llama vieja. Y las nuevas generaciones también, claro. Porque nosotros, siendo gente mayor, trabajamos con el impulso de los pibes.


*Acorazado Potemkin continúa presentando Remolino. El viernes 31 de octubre tocarán junto a Las Diferencias en Pura Vida (Diagonal 78 y 61, La Plata). Entradas en puerta: $40. Show después de medianoche.
En tanto, el domingo 9 de noviembre se presentarán en La Usina del Arte (Cafarena 1 esq. Pedro de Mendoza, La Boca; horario tentativo: 17 hs.); y el miércoles 12 abrirán la V Muestra de Cine Independiente de Rio Cuarto, Córdoba, en el C.C. Leonardo Favio. Ambos shows con entrada libre y gratuita.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Acorazado Potemkin: Hay segunda vuelta

Segunda parte de la charla que tuvimos junto a Miriam Maidana y Victoria Schwindt con los tres miembros de Acorazado Potemkin. El temario, esta vez, se expande más allá del Remolino: Juan Pablo Fernández, Federico Ghazarossian y Lulo Esaín hablan de las edades para tocar y ser público de rock and roll; de las nuevas tecnologías, Internet y la relación del grupo con Oui Oui Records, su sello editor; de U2 y Apple; y de cómo hace un grupo del under para girar por todo el país.
Sí, todo eso y aún falta una tercera parte. Los que se hayan perdido la primera vuelta, pueden leerla aquí. Los que no: allá vamos.

NOTA: Santiago Segura y Miriam Maidana
FOTOS: Victoria Schwindt



EL PÚBLICO, LAS EDADES Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

MM: Ustedes tienen un target interesante de público, que no es a propósito, claro. Yo no sé si van a llegar a gente de 15 o 16 años, me parece que hay como una movida...
JPF: (Proclama) ¡Va a ser nuestro orgullo cuarentón! ¡¡¡Ustedes!!! (Risas).

MM: ¿Te fijaste que no hay música para gente de nuestra edad? Por eso seguimos escuchando siempre lo mismo… No me parece un hueco menor.
FG: Yo tenía un concepto a principios de los 2000, que ahí ya tenía cuarenta y algo: que la gente de cuarenta ya no escuchaba rock (risas).

LE: ¡Ahora tenés cuarenta y algo, boludo! (Más risas).

FG: ¡Ahora tengo casi 52! (Carcajadas).

JPF: ¡Vino tinto y jazz! (Más carcajadas).

FG: Yo ahí había dejado un poco el rock, ya estaba re quemado del rock. En un momento pensaba eso, pero cuando volví a tocar con ellos vi una vuelta de la gente de cuarenta a los shows. Algo que me sorprendía porque estaban excitadísimos, gritando “eh, toquen rock, toquen rock” (risas).

MM: A lo que voy es que viene Gloria Gaynor y llena, quiero decir: no es un fenómeno menor. Hay un montón de gente que no encuentra qué escuchar... Lo que pasa que quizá tiene otro poder adquisitivo para comprar las entradas y por ahí es necesario que los lugares sean mejores; difícilmente vaya a un sótano. Pero es una brecha que me parece interesante, porque pareciera que uno debería empezar a escuchar Keith Jarrett, y a mí me aburría a los 20 y me aburre ahora.
FG: Es algo que yo me planteé toda la vida: creía que después de los 35 años estabas muerto como músico de rock. Obvio que después veías que Eric Clapton seguía tocando con 80 años y llenaba (risas), pero es Eric Clapton.

MM: ¡El Indio Solari tiene más de sesenta años!
FG: Pero de última es una mega industria esa gente, nosotros siempre estuvimos más o menos en un mismo nivel, algunos años un poco mejor y otros un poco peor, pero siempre fue remarla, remarla y remarla. Yo me decía a mí mismo “y... si quiero ser músico tengo que dedicarme a estudiar, sino me dedico más a la droga” (risas).

MM: A venderla... (Carcajadas).
FG: Sí, bueno, no sé… (Risas). Ya los efectos los sabía (Más risas). Pero después hubo un cambio en mi cabeza, entendí que la música es universal y podés seguir en lo que sea. Y hay algo bueno que te da que es el asentamiento, de grande disfrutás más de las cosas que vas tocando y vas sacándote una cantidad de miedos. Disfrutás más en el estudio, no pensás “no llegó a la semicorchea esa de la puta madre” (risas).

LE: Algo bueno que decís vos, Miriam, es que quizá hay un público de más de 35 para el que ir a ver rock era sólo ir a ver cosas grandes, no meterse en lugares como el Zaguán, el Salón Pueyrredón o Uniclub a bancarse el volumen, ¿entendés?

MM: ¡Es que las bandas de rock importantes son todas de viejos! Divididos no es una banda adolescente. Eso es algo que la gente no tiene en cuenta. Hay una fantasía de que el rock lo hacen los jóvenes y últimamente son más los jóvenes que lo escuchan que los que lo hacen.
FG: Los Redondos cuando arrancaron ya eran grandes.

SS: Tenían como treinta años, no eran adolescentes.
LE: Sí, igual hay un desfasaje que tiene que ver con la manera en que se mueve el negocio, la industria del rock acá, que si no tenés diez años de experiencia de banda, supuestamente no tenés chapa para que te consideren una banda importante. Pasaba otra cosa con la generación de músicos de él, de los ’80 [señala a Federico que, por si hay algún desprevenido, tocó en Don Cornelio y luego en Los Visitantes], que grabaron de jóvenes y estuvieron en multinacionales y se plantaron como bandas establecidas siendo jóvenes.

FG: La última banda así fue Catupecu, creo.

JPF: Catupecu, Estelares y Massacre, que son más de nuestra generación y son las últimas…

SS: Sí, pero Massacre y Estelares llegaron a una popularidad importante después de muchos años, Massacre estuvo 20 años tocando. Con Catupecu quizá sí pasó desde el comienzo. Y es cierto que son bandas que tienen cierta relación generacional con ustedes.
JPF: Sí, sin ninguna duda, los tres compartimos escenario con todas esas bandas.

SS: Y quizá lo que dice ella de su público también se relacione con que son gente que tuvo otros grupos y la gente los viene siguiendo desde entonces.
JPF: Sí, capaz la síntesis viene de eso en un punto, porque ya probamos muchas cosas, entonces decimos “esto es así”. Nuestro filtro interno de las canciones es así. Nos decimos “esto ya no lo voy a hacer", "esto otro ya lo hicimos en tal tema”, entonces tendés a ser más preciso pero en un sentido de querer concretar y creer que no tenés que explicar nada: tocás lo que tenés que tocar y cantás lo que tenés que cantar. Ya no pedís permiso, ya te dieron la palabra, ya probaste varias cosas, entonces, ¿qué hay de nuevo para decir? Esto.

MM: (A Juan) Vos estás más divertido igual, desde que te sacaste el traje estás más relajado (risas). Tuviste una época durísima...
FG: No, es que estaba duro todo el tiempo (más risas).

MM: Es valioso cambiar de banda y algún efecto produce.
JPF: Sí sí sí, puede ser, claro.

SS: Lo que decís me recuerda a algo que Juan repitió en muchas notas: que con Acorazado él sintió que volvía a componer como en su adolescencia.
JPF: Sí, eso es cierto.

MM: No lo leí eso, pero conocí a los Reincidentes desde el comienzo. Lo pensaba quizá porque siempre que una banda se separa y un músico arma otra, la gente empieza: “¿cuándo se reúne la banda anterior?”.
LE: Yo tuve bandas que duraron poco o no tuvieron una gran trascendencia, pero a veces aparece alguno que me dice ¿y, cuándo se juntan con Plaimobyl?”. Y yo me quedo pensando... “¡Plaimobyl ya fue boludo!” (Risas).

JPF: Qué sé yo... Eso pasa. El tema es que vos estés bien para ir para el lado que tenés que ir. Yo puedo recordar con mucho cariño o con orgullo eso, pero acá estamos en otro plan. Y somos amigos con los Reincidentes, y siempre está la fantasía, y siempre están los temas, eso no murió. Nunca mesa de saldos, además (risas). Creo que más allá de si representás o no una cuestión generacional como decíamos recién, yo siempre sentí que tenía que poder contar -en lo personal y con la gente con la que estoy- las cosas que me están pasando; lo que está pasando en el mundo y el entorno en el que estás. Para mí esas cosas del rock siguen siendo un valor: la honestidad, la experiencia, la actitud. Esas cosas le dan sentido. Puedo entender el personaje, la imitación o la recreación, pero yo no lo siento así, no puedo hacer eso. Por eso está bueno juntarse con músicos que compartan esos valores.

LE: No es que uno está jugando a ser rockero, que está tratando de meterse en un lugar que no es suyo: yo me asumo como baterista de rock, es lo que soy.

SS: Bueno, para Federico la banda fue una vuelta al rock, de hecho. ¿Cuánto hace que no tocabas el bajo?
JPF: ¡Éste la fundó, qué retomó! (Risas).

FG: Claro, estuve diez años sin tocar el bajo.

JPF: Y yo siempre reivindiqué el lado rockero de la Pequeña Orquesta, éramos bichos raros y no nos dejaban tocar en un montón lugares, tuvimos que armar un ciclo los martes, en el Club del Vino, para poder tocar con piano y con batería. ¡Los martes! Era una rareza en ese momento. Pero bueno, el rock siempre fue difícil, siempre, y creo que es parte de su encanto. Y siempre hubo semillero, también. Ahora se habla de Macri pero cuando vos (señala a Federico) eras chico estaban las razzias de la policía, más atrás estaban los militares, o el inspector de SADAIC y las clausuras… Siempre hubo algo. ¡O que no te ponían en la agenda del suplemento Sí! (Risas).

LE: “¡Uy, no salió en el Sí, no va a ir nadie, ni vayamos!” (Más risas). Y si te ponían mal el nombre...

JPF: Han cambiado muchas cosas, muchas para bien. Y otras siguen siendo difíciles. En esa época de la agenda del Sí hacíamos el chiste, por ejemplo, del momento del velatorio (todos reímos y el susurra una historia). “Se murió Juan Pablo Fernández, bueno… Va la mujer y un par de personas más...”. “No vino la gente…”. “Es que salió mal el aviso de Clarín, me parece que no salió bien la dirección…” (Muchas risas).

FG: Lo que está bueno es que se eliminó parte de lo que era el establishment en el rock, esto que decimos un poco en chiste de la agenda del Sí, que ibas a Cemento y te decían “te pongo en el avisito y te cobro cinco lucas más”. Cuando apareció Internet, el músico empezó a manejarse un poco más solo. Y que te conozcan por hacer un clic nada más, trajo un saneamiento en el rock. Antes era “si no tengo manager, no soy nadie; si no estoy en el Sí, no soy nadie”. Ahora está buenísimo, tenés más posibilidades en la forma de grabar, de proyectarte y de que te conozca la gente. Creo que nuestra arma más fuerte fue ésa: “¿no nos pasa nadie? Acá tenés un lugar para escucharnos”. Y subimos el disco. Y lo que antes te costaba siete meses, que llegara tu disco a Tilcara o a Río Gallegos, hoy llega al instante. Te da la libertad también para ir a esos lugares, que antes dependías de alquilarte un micro para llevar los equipos porque no había sonido, te salía 20 mil pesos sólo llegar a Santa Cruz. Ahora te subis a un micro, alquilás un equipo y una batería y llegás.

MM: Otra cosa que cambió con Internet es que la gente tiene un contacto directo con el músico y se da cuenta si es una persona interesante o un reverendo boludo. Los de Tan Biónica son tontos, no importa lo que hagan, eso ahora queda claro. Y creo que ustedes eso lo resuelven bien: vos sos un militante bravo contra Monsanto (señala a Federico), vos (Juan) tenés una cuestión con el proyecto Yo No Fui... También me parece sano que en Facebook se hagan algunos chistes con el Indio, con esto de las cartas de despedida a Joan Rivers (risas). Se desacraliza un poco todo. El rock tiene que volver a hablar de par en par, sino es lógico que los chicos escuchen cumbia porque ahí son divertidos y les hablan así.
JPF: Bueno, esto que decís para mí fue siempre una necesidad, pedir la oportunidad de jugar de igual a igual. ¿Yo voy a ir a tocar a tu festival y vos no me vas a pagar ni un peso? Bueno, pero voy a tocar 30 minutos y con el mismo sonido que los otros... y vamos a ver a quién aplaude más la gente. Era ésa la discusión, re creídos por supuesto (risas). Es la única forma de sostener y de bancar que tenés, de decir “yo no firmo este contrato, yo no estuve acá, yo no me siento en tal mesa”. Pero, ¿por qué? Porque tenés los votos, que es la gente, o tenés la confianza en la obra, en el material, y decís “bueno, esto se va a sostener”. Y ahí es donde empieza a aparecer esto que dice Fede, la democracia del clic. Después, por supuesto, aparecen los alcahuetes de los poderosos que siempre dicen “no, pero la gente está muy dispersa, necesita alguien que la guíe dentro de la dispersión de la web”.

SS: Lo que dicen eso son los que quieren mantener su lugar de poder.
JPF: Claro, quién canoniza y quién no, quién levanta a quién y quién no. En cambio, así estamos todos de igual a igual: la nota de tu blog es lo mismo en Facebook que la nota de Clarín, cuando nosotros ponemos “acá salió una nota en el blog La música es del aire y acá salió una nota en Clarín”, las cinco mil personas que nos siguen van a verlas en el mismo plano. La web ayudó mucho, de hecho no pagamos para publicitar donde tocamos ni pedimos permiso para nada.



OUI OUI RECORDS, U2 Y LAS GIRAS

SS: ¿Cómo fue el arreglo con el sello para subir los discos? Porque ustedes están en Oui Oui Records, e imagino que debe ser un ambiente más relajado por ser un sello independiente, pero subir los discos también debe haber sido una pelea.
LE: Con Mugre, cuando salió el disco en físico, el sello quiso que deje de estar el disco para libre descarga en la web. Y ahora fue al revés.

JPF: Nosotros lo aceptamos porque ellos nos habían prometido que iban a sacar el disco, entonces aceptamos eso a cambio, pero con la fina convicción de que “vas a ver que no compite una cosa con la otra”. Y el disco se agotó en 8 meses.

FG: Cuando se lo planteamos al sello nos miraron como diciendo “ustedes están locos” (risas). “Pero yo me la juego por ustedes”, en el sentido de que cuando salió publicado Mugre, el disco ya tenía como 12 mil bajadas. Digamos que estaba todo vendido de alguna manera, ya tenía el campo sembrado. Entonces ahí nos felicitaron. Pero ojo, se la bancaron y creyeron en nosotros. Y ya para este disco volvimos a decirles lo mismo, que una cosa no quitaba la otra: “loco, vos vendiste el disco en un año, vas a ver que lo volvés a vender, no vas a perder ventas”. Yo vengo jodiendo con que para fin de año lo van a tener que fabricar de vuelta, vamos a ver qué pasa (risas). Porque la gente el disco lo quiere tener, nuestro público por suerte ve el disco y lo quiere, lo tiene y lo disfruta.

LE: Por eso se arregló que ahora salgan ambas cosas al mismo tiempo, y que esté Mugre para descargar también, que quede. Y que salga la reedición. Vamos por todo (risas).

JPF: Todotodotodotodo (Más risas).

SS: ¿Mugre continúa agotado?
JPF: Sí, pero ya está el disco armado, la gráfica hecha, va a ser una versión un poquito más económica. Tampoco somos giles nosotros, todas esas cosas que nos plantean las comprendemos y las valoramos: si el sello no puede gastar otra vez en una edición de lujo, bueno, ¿cuánto tenés?

SS: Se charla todo.
JPF: Claro, y me parece que en ese sentido tratamos de no pisarnos la cola el uno al otro. Por suerte la gente de Oui Oui es generosa también, porque ha aceptado estas cosas y las ha entendido casi como un signo de los tiempos, de lo que está pasando: ahora U2 regala su disco.

FG: ¡Te lo pone directamente! (Risas). Ayer escuché, por suerte, a un programador de radio puteándolos, diciendo “¡por qué se me metieron, yo tengo la música que quiero! Es mi intimidad”. Me sorprendió porque era en Blue o en la Metro.

LE: Claro, y es algo que no se discute, la noticia es “U2 tuvo 500 mil bajadas de su disco en dos días”. Y claro, si se lo encajaron a todo el mundo.

FG: ¡Quinientos millones!

LE: ¡¿Quinientos millones?! ¡Creí que eran quinientos mil! (Risas).

FG: Y con eso renovaron la venta de todos sus discos anteriores, porque vendieron como 40 millones de los discos viejos por bajada paga.

SS: ¿Y ustedes llevan la cuenta de cuántas bajadas tuvo Remolino?
JPF: Sí, anda por las 4 mil quinientas, más o menos. Va bien, pensá que salió hace un mes y pico. No son estas cifras de las que estamos hablando (risas) pero para nosotros sigue siendo maravilloso, y maravillosa la comparación con lo que tenías que hacer y que decíamos antes: ir a distribuir, llevar los discos a la disquería... En esa comparación, esta cifra es maravillosa, es una cosa inimaginada teniendo en cuenta de dónde veníamos. Después podrían ser más, podrían ser menos... Todo el tiempo se están bajando, es parejo por suerte.

LE: Y ahora con la gira que vamos a hacer va a circular más.

SS: ¿Cómo circula la banda en el resto del país? En Buenos Aires ya saben que funciona.
JPF: En general, siempre hay programadores que corren riesgos y está bueno poner condiciones y decir que no cuando es necesario, pero también está bueno decir que sí a esa gente copada, que se endeuda, que se esfuerza, que te busca con el auto, que te da la casa, que te da su cama... ¿qué le vas a decir, que no? ¡Le tenés que decir que sí!

MM: Kumbia Queers gira por Europa así, son colectivos de gente que para en casas, se acomodan para comer y así van de país en país. Sería impensable de otra manera.
FG: Sí, yo hice una gira de tango así.

JPF: Está buenísimo, porque además hay un compartir...

MM: Y esto es lo virtual también, hay gente con la que te hablás durante años, no es que son grandes amigos pero ya hay una onda.
LE: Con los chicos de Chaco, Liso y Ernesto, veníamos hablando con Valle de Muñecas hace dos años, hasta que fuimos primero con Valle; y después nosotros...

JPF: Claro, yo lo decía pensando en los chicos del Chaco también.

SS: Ya hay una especie de circuito armado por Internet. ¡Hasta yo sé de quiénes hablan cuando dicen "los chicos de Chaco"!
JPF: Se democratiza un poco eso. Porque antes estaban los grandes festivales bancados por las multinacionales, los sellos discográficos grandes, y el Estado balanceó un poco todo, entonces vos tenés presupuestos de Cultura y a partir de la web y de las redes sociales -o de que es rentable que tengas 200 o 300 personas cubriendo el show y un cachet fijo-, no hace falta gran escala. Lo que siempre reclamamos los grupos como nosotros: no había por qué estar discutiendo si hay que ir a Tinelli, yo quiero tocar en un teatro y que me vaya más o menos bien, no quiero entrar en la lógica de la masividad. Simplemente estar en una escala en la que se pueda crecer, planificar... No quiero usar la palabra “sustentable” porque no la soporto, pero ponele (risas). Algo en lo cual no te fundas por crecer un poquito más.


*Acorazado Potemkin toca mañana, jueves 16 de octubre, en el FestiZAS, junto a Los Rusos Hijos de Puta, Las Bodas Químicas y López. MC: Ezequiel Ábalos / DJ: Marcelo Iconomidis. Esto sucederá, por supuesto, en el Zaguán Sur (Moreno 2320, Capital Federal) desde las 21 horas.
El sábado 18 de octubre se estarán presentando en Paraná, en el C.C. Juan L. Ortiz (Bv. Racedo 250). Banda invitada: Electrocuerpo.

sábado, 11 de octubre de 2014

Acorazado Potemkin: les tiene que tocar


Vamos a contarlo con la exactitud que merece: el 17 de septiembre caímos con las queridas Miriam Maidana (amiga virtual de años, desde que hacía Vida de ratas en Stay Free; psi-punk con quien nos debíamos un encuentro hace mucho tiempo) y Victoria Schwindt (a estas alturas la fotógrafa oficial de toda entrevista que vean en este espacio) a la sala de ensayo de los también queridos y geniales Acorazado Potemkin. Sería preocupante a estas alturas tener que explicar de quiénes hablamos cuando decimos Acorazado Potemkin. Simple: AP es uno de los últimos grandes sacudones eléctricos del rock argentino underground, un trío de músicos avezados, de experiencia, rock and roll y letras, que en cinco años y dos discos construyó su propio idioma a base de arrabal, espíritu punk y espesor sonoro.

El encuentro con el trío fue fructífero: Juan Pablo Fernández (voz y guitarra), Federico Ghazarossian (bajo) y Luciano Lulo Esain (batería y voz) me hicieron comprender en la charla que mantuvimos por qué el grupo funciona tan bien. Acostumbrados a un rock de cantantes-líderes, ver que los tres hablan mucho y con tanto entusiasmo, explica también (tan bien) la química que lograron. Tanto que se lanzaron a hablar casi sin necesidad de que se les pregunte nada. La primera revelación llegó al ver una bolsa de pan en la mesa de la cocina, no bien ingresados a la sala. Y Lulo que cuenta:

-Está bueno ensayar temprano, desayuno unas frutas, cuando llegamos hacemos unos mates y arrancamos. Cuando estábamos preparando el disco, Juan caía con el pan del facho y ese era el desayuno...

SS: ¡No me digas que el facho de la canción [justamente, titulada El pan del facho] existe!
LE: ¡Claro! ¡Y el pan es buenísimo! (risas). Juan venía con la bolsita de pan: "éste es el pan del facho, éste es el pan del facho"... y lo metió en un tema el hijo de puta (risas).

SS: Los escuché contar en Rebeldes, soñadores y fugitivos, el programa de radio de Eduardo Fabregat, que vos y Federico no supieron algunas letras hasta que se grabaron.
LE: ¡Boludo, hizo la primera toma y nos paramos a aplaudir! ¡No lo podíamos creer! (Más risas).
***

Después de la revelación, esperamos que llegue Miriam (amiga de años de Juan Pablo, además). Los AP ponen el agua y cuando la dama llega, saludos de por medio, arrancamos. Con la sola mención de la palabra Remolino, su segundo y magnífico disco recientemente editado, el trío se larga a hablar. Ésta va a ser la primera de tres partes de lo que fue una charla antológica.
Los dejo con ella.

NOTA: Santiago Segura y Miriam Maidana
FOTOS: Victoria Schwindt


SANTO REMOLINO

JPF: Lo único que puedo decir, o lo que me gusta decir -porque ya venimos hablando hace un rato del disco- es que siempre nos pasó lo mismo: ensayando, ensayando y ensayando, encontramos un momento en el cual, entre el demo y no sé qué, el disco aparece. Porque algo así pasó. Nos pasamos dos o tres años tocando Mugre, con orgullo y placer, hasta que en un momento dijimos “bueno, paremos un poco porque estamos saturándonos”.

SS: Además, Mugre primero fue subido a Internet y se editó en físico después, les llevó mucho tiempo.
JPF: Y para llegar a grabarlo habíamos estado como dos años tocándolo, cual primer repertorio de la banda. Entonces nos dijimos “bueno, paremos un poco, dejemos de tocar, aflojemos” y medio que decidimos no atender el teléfono, lo cual es difícil para un grupo independiente porque siempre te están llamando para hacer algo. Y entonces uno dice “sí, sí, sí...". Y no, basta, cerremos el teléfono, no escuchemos más nada, pero el martes te llaman y te dicen “che, hay un festival en el Zaguán, ¿quieren venir a tocar?”, y todo el mundo lo hace con la mejor buena onda y no podés decir que no. Entonces tenés que reafirmar todo el tiempo ese lugar, de las puertas para adentro de la sala de ensayo, tu independencia. Y llegó un momento en el que realmente no tocamos por tres o cuatro meses: ahí hicimos un demo con Manza, y sentimos que apareció el disco en ese momento. Y una vez que aparece el disco, aparece otra ansiedad...

LE: Decir que apareció el disco es decir que apareció una cantidad de temas con un hilo conductor, quizá no temático, una forma de hacer las cosas y de resolver las canciones. Es un poco como que se encadena todo, se arma una especie de catarata, un día resolvés una canción y al otro día otra. Otro día venís con una idea y se arma al toque... Como que abrís un placard y caen todas las cosas juntas.

JPF: Llega un momento que estás tan en gimnasia que aparece una idea nueva o alguien dice “yo tenía este tema medio colgado” y bum, sale.

FG: Sí. Hay dos temas (Miserere y La otra calle) que ya venían de Mugre, habían quedado afuera. Y después, los demás... El tema más nuevo es Sabés

JPF: Y hay un tema tuyo que lo tenías de antes.

FG: Cerca del sol, que lo tenía de hace como ocho años pero tenía la parte A y nunca había resuelto la parte B, la resolví hace un año. Y después hay uno que trabajamos mucho, que fue…

JPF: (Interrumpe) Remolino.

FG: No, yo digo otro (risas).

JPF: Pero Remolino lo empezamos a tocar en Dorrego.

FG: No, pero yo digo el lento, ¡no me sale el nombre, boludo! (Más risas).

LE: ¡Y no hace tanto!

FG: ¡Y no hace tanto! Ése lo tocamos durante un año sin letra, lo ensayábamos a full y estaba cocinado hasta que apareció la letra. Pero lo veníamos tocando hace mucho, estaba la melodía y no la letra. Era un tema raro para nosotros, yo siempre decía que era un "tema Otis Redding" (se ríen los otros dos de fondo), aunque de Otis Redding no tiene nada, capaz que la parte A, un poco por cómo está tocado.

LE: Ése riff lo ponés en caños y te queda más Otis Redding, le decíamos Navidad porque era medio un villancico (risas). Y yo hacía unos cascabelitos de Papa Noel con la pandereta (más risas), pero después no los grabé.

JPF: Che, yo estoy haciéndole honor a las masas que trajo Miriam, que están deliciosas, una vergüenza (carcajadas). Igual con ésta ya estoy.

LE: Yo ahora me voy a comer otra de esas de kiwi, que están mortales (risas). Pero volviendo, la cosa es que sí, le decíamos Navidad. Y el tema con la letra de Yayo [Cáceres, se refiere a Pintura interior] también era un tema viejo de Juan.

SS: Agarraron algunas cosas del cajón entonces, para reformular.
LE: Lo que pasa es que está bueno, vos tenés temas que quedaron y que sabés que la idea está buena o que querés ver qué hacen los demás con eso.

SS: Supongo que quizá arrastran cosas que no entraron en otros proyectos, ustedes que tuvieron y tienen muchas bandas.
FG: Con Cerca del sol pasó algo así, yo un día se lo presenté a [Me Darás] Mil Hijos para que entrara en Santo remedio, lo tocamos dos veces y no entró. Y yo estaba con una leche... porque hacía años que lo tenía, y me costó mucho la parte B del tema porque es un cambio de menor a mayor que no sabía por dónde resolverlo; y el día que lo resolví me dije “quiero hacer este tema, antes de morirme quiero grabarlo”.

JPF: (Sereno) Sos trágico… (Risas).

FG: Bueno, pero eso más adelante (más risas). Tal vez también pasa que vas cerrando cosas… Miserere es un tema que lo dimos vuelta de todas las maneras posibles, que lo venimos tocando desde Mugre y siempre le cambiamos algo; recién se asentó el último año.

JPF: Hay temas y hay letras que se templan con el tiempo, como si fueran las guitarras o los aceros. Pasa el tiempo y no sabés porqué, no sabés bien si es que uno lo toma distinto o eso se templa. Pero había algo que evidentemente estaba en la sustancia que perdura, que permanece. Y a pesar de todo eso, me parece que -y esto es algo que te quería decir desde el principio- una vez que lo encontramos, le metimos pata para armar una producción y grabar rápido, sacar algo en días. En marzo se grabó, en abril se mezcló, en mayo se masterizó... Tratamos de recuperar esa urgencia que tiene el entusiasmo, porque es lo más lindo que tiene el rock y estar con la banda.


MM: Es que si no, no entregarías nunca el disco: ése es el proceso de escritura y está relacionado con, de alguna manera, evitar la muerte y crear una trascendencia. Hay un momento en el que lo tenés que entregar; probablemente a los diez años le cambiarías todo… 
FG: Igual, nosotros tenemos un concepto bastante expeditivo, en el sentido de que cuando grabamos, queremos que al mes esté terminado todo. Lo hicimos con Mugre y también con éste.

JPF: Ya es política de la casa.

FG: Lo que menos querés es guardarte el disco, con Mugre hicimos eso.

SS: Bueno, en ese caso también porque era el primer disco, había que tener algo para mostrar, sólo tenían el MySpace.
LE: Te come la ansiedad. En el primer repertorio del grupo la banda no tenía disco y había que tocar eso y sacarlo.

MM: Pasa también que el estudio no es muy apasionante tampoco… 
JPF: ¡Sí, el estudio sí! ¡Para mí sí! (Risas).

LE: Sí, ¿el estudio? Pffff (Más risas).

MM: Es medio neurótico, ¿o no?
JPF: Nooo, te tenemos que invitar, te tenemos que invitar (repite convencido).

FG: Lo que pasa es que capaz después no escuchás más el tema, entonces es clave. Yo escucho el disco ahí, sale de fábrica y después no lo escucho más.

JPF: Trabajamos para que en esos días no haya más que tocar, entonces laburamos mucho la previa. Y vas descartando, vas sacando... hay temas que ni se proponen porque ya está, no somos de esos grupos que laburan treinta temas.

LE: Igual, en el estudio laburás haciendo un equilibrio entre el presupuesto que tenés y el tipo de grabación que querés hacer. De repente ahí dijimos “con tres días vamos a estar bien”. Qué sé yo... estaría bueno que fueran más (risas).

FG: A veces está bueno boludear un poco en el estudio, pero estás con una presión de tiempo y de guita que no podés hacerlo.

LE: Esos días los exprimimos mucho. Era grabar los temas, editar las tomas y después, al final de la sesión, grabar las voces de él (señala a Juan). Tenía que estar la toma madre del tema terminada para que él pudiera cantar encima. Eso fue lo que hicimos, y nos fuimos del estudio con todas las bases grabadas y todas las voces metidas.

JPF: Menos los coros de Lulo.

LE: Las mías las metimos después en dos días, en otro estudio.

FG: No nos dio el tiempo en ION para meter todo.

SS: ¿Mucha plata?
JPF: Hubiera sido un día más, no era tanto. Pero en un momento tenés que cerrar, sino te volvés loco. Tenés que decir “tengo esta plata para tres días”, y ahí hacés una mini producción: a la mañana graba tal, a la tarde graba tal, y esto nos va a llevar una mezcla en otro lugar por tantos otros días. Y hablás con el sello… No sé, te obliga a hacer una síntesis de cuánto vas a disponer. Y por supuesto, hay gente que tiene más presupuesto, o más neurosis como decía Miriam, y de repente al cuarto día quiere hacerlo todo de vuelta. Por suerte a nosotros no nos pasa y disfrutamos mucho el proceso para que eso no pase. Pero hay algo que sí tiene de raro y es que vos tenés que ir a hacer lo correcto, no podés confiar en la cosa mágica, emotiva...

SS: Las pelotas mágica…
JPF: ¡Las pelotas mágica! (Risas). Tenés que levantarte a las 7 y media de la mañana, llegar a las 10, y a las 11 confiar en que va a salir todo lo que estuviste ensayando y se va a recrear. ION ayuda y Manza [Esain, hermano de Lulo y coproductor del disco] ayudó. Y la experiencia nuestra, y que nos gusta el desafío...

LE: Eso, que nos gusta estar grabando. Es divertido buscar el sonido...

JPF: Y también concentrar las fuerzas, porque entre la familia, el trabajo, los otros proyectos, la vida misma… Si estuviéramos 15 días encerrados capaz el resultado sería negativo. Pero así es como un extracto de tomate, está muy, muy condensado, muy fuerte. Y ahí vos podés realmente abstraerte de eso. Y alrededor tuyo es una alegría: “papá está grabando” (risas).

LE: Los días de mezcla también fueron así, cuatro días en los que estuvimos mezclando desde las 10 de la mañana hasta las 11 de la noche, abocados a eso. Estuvo re bueno...


SS: ¿Hubo mucha lucha durante la mezcla o tenían todo tan claro que no hizo falta?
JPF: Noooo. Hubo más discusiones en esos cuatro días de mezcla que en las grabaciones... Esas cosas que pasan.

SS: Y eso que son un trío...
FG: En realidad acá era un cuarteto, porque también discutíamos con Manza (risas). Entre nosotros, con Manza… (Más risas). De última, es afinar los conceptos estéticos, la estética final. Y cuando está tomada la decisión final, ya está. No es una decisión de uno solo.

LE: Además elegimos una manera de mezclar, que fue haciéndolo en consola analógica...

JPF: ¡Le sacábamos una foto a las perillas!

LE: Porque terminado el tema, pasas a otro y moviste todas las perillas, no es que abrís la sesión y lo mezclás de nuevo porque no te gustó. Quedó y quedó. Cerca del sol, que creo fue el primer tema que mezclamos, fue el único tema que Manza remezcló. Vino, miró la foto que le habíamos sacado a la consola, a las perillas, puso todo en el mismo lugar y lo rehizo.

SS: ¿No les había gustado a ustedes o a él?
LE: No, fue a Manza al que no le gustó. Dijo “a éste lo puedo hacer mejor” y lo volvió a hacer.

SS: Para ustedes estaba perfecto.
JPF: Sí, son detalles. Me parece que este grupo tiene algo muy lindo: que es muy generoso. Esto que decía Fede recién, llega un punto en que decís “a mí me gustaría que suene esto un poquito más así”, pero después pensás “bueno, ya está”. Y en ese sentido, al trabajar con alguien de afuera que ocupe ese rol de productor, de última decís “bueno, a ver qué opina el productor…” y eso baja un poco la cuestión. Pero en general trabajamos y discutimos mucho en la previa, en el método. Igual siempre va a haber un margen de error, de duda en todo. Si vos estás discutiendo adónde vas a grabar, cuándo, cuáles temas vas a grabar, cuántas tomas vas a hacer… Una vez que te pusiste de acuerdo en eso, lo demás es natural. Y después, sí, estás sobre un piso de si es naranja claro, naranja oscuro, naranja mostaza; ya son matices.

MM: Entonces no es una cuestión económica. A mí siempre me llamó la atención que Los Brujos o Los Twist grabaron unos primeros discos espectaculares en poquitas horas de estudio y después, cuando les dieron un mes para grabar, reventaron. Terminaron todos peleados y con producciones bastante malas.
JPF: Es probable, no conozco los casos particulares, pero puede ser...

FG: Antiguamente, en los ’80, se grababa durante una semana la música. Y tenías días para boludear… Los Twist grabaron su primer disco en treinta horas, creo, algo que para esa época era raro.

MM: Sí, y después cuando Grinbank les puso la guita se mataron, terminaron todos peleados.
JPF: Si nosotros hubiéramos tenido un cuarto día, ya era de ricos directamente (risas).

MM: Pero imaginate un mes.
JPF: El otro día hacíamos un chiste con eso: si nos daban toda esa plata comprábamos un auto y lo laburábamos durante la semana (carcajadas).

SS: Hay una decisión ahí, de decir “no necesitamos dos meses para grabar”. Quizá hasta les haría mal estar dos meses grabando, por el método que tienen.
JPF: Sí, no sé... Son formas distintas.

FG: Sí, las veces que grabé discos muy largos, llega un momento en el que te quemás. Y a veces pasa que perdés el hilo conductor y el objetivo al que tenés que llegar. Se va perdiendo la energía que sale de decir “tal día vamos a grabar y tal día vamos a mezclar y ya está, loco”.

SS: Lo que decían hoy, que el disco “apareció” y ése es el momento para que pase todo.
JPF: Sí, está esa cosa entre lo amateur y lo profesional, ese entusiasmo, y creo que nosotros hacemos un esfuerzo grande por tratar de recrear siempre ese impulso original, esa chispa. Todo lo que sea franela o estirar, te la baja… con perdón, pero es un poco así (risas).

LE: Además juega esa ansiedad de la que hablamos, propia del material nuevo que lo grabaste y ya querés ir a escucharlo a tu casa y mostrárselo a alguien, entonces decís "terminémoslo, dale, que salga".

JPF: Además, con esto de subirlo gratis a la web, estábamos en un reportaje con Fabregat y de golpe nos empiezan a decir “¡ya está, ya salió!” (Risas).

MM: Estábamos todos escuchándolos y se empezó a replicar en ese momento que había salido.
FG: Lo que pasó es que tuvimos problemas con el servidor. Un pibe nos pasó Mediafire, nos dijo que iba a andar bárbaro y estuvimos probando, pero hubo problemas... Y cuando salimos de lo de Fabregat de golpe nos dice “che, ya se puede bajar”.

JPF: Esas cosas después terminan siendo lindas, pero como decíamos recién: cuando vos vas hacia allá (señala hacia adelante) puede haber algunas cosas: que el horario, que el servidor falló, que la descarga, pero si vos estás de acuerdo y concentrado...

SS: En todas las entrevistas que les leí post-Remolino recalcan mucho que hicieron un laburo importante de recorte, para llegar a una síntesis. ¿Qué otras cosas le ven distintas al disco respecto de Mugre? ¿Volvieron a escucharlo?
JPF: Yo esta semana lo estuve escuchando, sí. Y además estamos ensayando mucho Remolino porque lo vamos a presentar por muchas ciudades. Estamos como una pantera adentro de la jaula porque todo esto que hablamos… ¡E hicimos un solo show! [nota: Al momento de la entrevista aún no habían tocado en Plataforma Lavarden, Rosario, ni en Uniclub, únicos show que hicieron entre la nota y su publicación].

LE: ¡Es verdad, un solo show! ¡Hicimos un solo show! (Lo dice entrecortado por las carcajadas).

MM: Bueno, pero fue el del San Martín.
JPF: Ahí está de vuelta: “papá tiene que tocar” (risas). Y la cuestión es ésa, que lo estamos ensayando mucho, y ahí lo reescuchás y lo volvés a entender, qué sé yo. Pero bueno, no me acuerdo qué me habías preguntado antes...

SS: Sobre las diferencias con Mugre. Algo que noté que es evidente es la participación vocal de Lulo, casi como un segundo cantante de la banda, ¿puede ser?
JPF: Sí, sí, eso es deliberado, en todos los temas hay coros. En un momento hasta se habló de eso...

LE: Puede ser, creo que lo que logramos es que estén mejores las voces, no sólo en la grabación, en general: en la interpretación, en el color.

FG: Hay tres años de rock de la banda, que se asentó en cuanto a la personalidad de cada uno y la general. De alguna manera también se articuló todo para que en cuatro meses sacáramos once temas, antes habíamos tardado más. Ya hay una forma de trabajo. Después veo eso que dijimos en las notas del poder de síntesis: donde hay mugre, hay mucha mugre; y donde se baja o se va a otros lugares, se baja más. Las diferencias son más notables que en Mugre: cuando hay que romper, rompés.

JPF: Yo también siento eso: cuando hay balada o pop, es más luminoso; y cuando es oscuro, es más oscuro.

SS: ¿Creen que con este disco ya llegaron a una síntesis de su estilo, o se puede profundizar?
JPF: Y, no lo sé, no lo sé... Lo que sí creo es que salió el disco que queríamos hacer. El tiempo dirá en qué lugar queda dentro de la obra de la banda, o cuáles temas quedan en el repertorio. Eso no lo podés saber.

LE: Lo que está bueno es que Remolino a la vez reafirma el estilo que la banda había planteado en Mugre. Lo escuchás y es la misma banda, no es otra cosa, en ese sentido también está bueno porque parecía que la gente quería un poco más de eso que habíamos mostrado en el primer disco y a la vez suena diferente.

JPF: Algo lindo que pasa con este disco, que nos da una inyección de confianza, es que siempre te dicen “el mejor tema es tal, el mejor es éste”.

SS: Dejame adivinar: en este caso les mencionan todas canciones distintas.
JPF: Sí, ahora nos tiran todas distintas. Entonces debe estar bien. El tiempo dirá de verdad qué queda y qué nuevo puede salir. A mí siempre me gusta lo nuevo. Y somos curiosos, no nos vamos a quedar en el disco que hicimos.


*Acorazado Potemkin presenta Remolino hoy, sábado 11 en el Centro Social y Cultural Olga Vázquez (Calle 60 entre 10 y 11, La Plata) a las 0 horas. Banda invitada: El Belafonte.
El jueves 16 se presentarán en el marco del FestiZAS junto a Los Rusos Hijos de Puta, Las Bodas Químicas y López. MC: Ezequiel Ábalos; DJ: Marcelo Iconomidis.