jueves, 30 de mayo de 2013

Charlas con músicos: Franco y Fósforo, de Pez (pt. 2)


Se demoró pero aquí va, finalmente, la segunda parte de la charla que tuvimos con Franco Salvador y Fósforo García, dos tercios de Pez. En esta vuelta, hablamos de los festivales de rock en Argentina; Franco nos cuenta algunos detalles de La cruda realidad, el disco que editó el año pasado; Fósforo se explaya sobre su laburo en el CONICET (y su necesidad de descansar...); y cerramos despejando algunas dudas de la participación activa de Pez en las redes sociales. Ahí vamos.

Texto: Tucho
Fotos: Vicky Schwindt

PEZ Y LOS FESTIVALES

¿Hace cuánto que no los llaman para festivales? Ustedes habían tocado en los primeros Cosquines y después no estuvieron más...
Franco Salvador: No, es que básicamente no nos llaman. Al festival de Cosquín lo hacían dos productores: [José] Palazzo y el Perro [Héctor Emaides]. El Perro, que era nuestro amigo, era el que nos llamaba para tocar, pero esa sociedad se rompió y quedó el otro muchacho, que imagino no le gusta Pez; y entonces no nos llamaron más. Por otro lado, estéticamente, hoy por hoy no nos gustaría tocar en lo que es el Cosquín.

¿Si los llamaran dirían que no?
FS: No nos van a llamar. Y si nos llamaran nos tendrían que dar algo que nos agrade mucho... La verdad que no están buenos los Cosquines, estéticamente no tienen nada que ver con lo que eran antes, que había más variedad, más mezcla: ahora es como un palo muy definido, que no tiene mucho que ver con lo que hacemos. Si nos llamaran nos tendrían que garpar bien y ponernos en un buen horario... Cosas que no van a hacer (risas). Y encima, seguramente sería polémico para nosotros tocar en un estilo de festival que no nos cierra.

¿Y los de la gaseosa y la cerveza?
FS: Pasa un poco lo mismo, laburan con las bandas que labura Pop Art o los sellos que arman esos festivales. Y nosotros no estamos con ninguno de esos sellos.

A la vez, ustedes están llevando cada vez más gente...
FS: Sí, pero no sé si les interesa eso a los que arman los festivales; les interesa más hacer laburar a las bandas con las que ellos ganan plata. De nosotros no van a sacar un mango y no permitiríamos que lo saquen, entonces es lógico también que no les interese: si vos tenés tu empresa y tu grupo para vender, no vas a llamar a uno que no labura con vos. Es así. Y sino te llaman y te dicen “a las cuatro de la tarde tenés que tocar”. Y no, andá a la mierda...

Bueno, en el último Pepsi hubo bandas que tocaron para nadie, aún estaban las puertas cerradas y los hicieron empezar a tocar igual...
FS: Yo fui al show de Pearl Jam y realmente era una vergüenza, loco, en el predio no se podía caminar, estábamos embarrados hasta las rodillas. Y no es que la gente pagó una entrada popular, te rompían el orto con las entradas... ¡Poné un piso como en las canchas! ¡Protegé a la gente, que no se caiga, que no se embarre! Son esas cosas de mierda que tienen los festivales acá, les chupa un huevo poner esa carpeta porque seguramente les salga guita y no está bueno poner guita por los demás. Te ponen el escenario, el sonido y ya está, arreglate. También la gente vuelve a ir...

Tiene que ver también con las bandas que traen, que quizás no vienen tan seguido o creés que nunca van a volver.
FS: Sí, igual imagino que si al próximo festival que organice esa marca fuera menos gente, se sentarían a pensar un poquito qué están haciendo. Yo me fui enojado y dije “loco, no vuelvo nunca más a uno de estos festivales de mierda, por más que vengan los Beatles con John Lennon” (risas). Pero bueno, pasa también lo que vos decís: te traen a Black Sabbath y bueno... “la concha de tu madre, voy” (más risas).

En Chile hacen Lollapalooza y acá no, y uno puede suponer que en Argentina hay más público de rock...
FS: Bueno, acá no lo hicieron por una cuestión de infraestructura. Creo que la movida fue que vinieron, vieron cómo era la historia y dijeron “no, así en estas condiciones no lo hacemos”. Los lugares que proponían no estaban a la altura de las condiciones que imponen esos festivales.


FRANCO Y LA CRUDA REALIDAD

Franco, sacaste un nuevo disco solista recientemente. ¿Cómo surgió y cómo se hizo?
FS: Este disco, a diferencia del anterior, lo laburé como una banda. El primer disco [Hago lo que quiero y quiero lo que hago, 2008] lo grabé solo: me grababa la batería pensando en la canción y después le grababa alguna guitarra arriba, y así lo fui armando. En este caso tenía una banda armada, entonces lo pude laburar un poco más, demearlo, escucharlo. Con La cruda realidad pude escuchar cómo sonaban los temas antes de grabarlo, en el anterior los escuché completos cuando ya quedaron ahí.

¿Y con las fechas cómo hacés? Pez toca mucho...
FS: Estoy tratando de meter aunque sea una fecha por mes, antes tocaba por ahí dos veces al año. Estamos organizados, el manager nos dice “en junio tengo este fin de semana libre”, entonces metemos algún show, o Flopa con Ariel o yo con Los Crudos. Si eventualmente pinta una fecha que está buena, la cantás: “che, el 4 de junio tengo una fecha”, entonces avisás vos primero.

¿Cómo te sentís cantando y tocando la viola? Tenés que estar parado adelante...
FS: Me siento bien, bien... Quizás tendría que acostumbrarme un poquito más todavía, pero me parece que es un laburo que da la experiencia de ir presentándose en vivo. Debería estar un poco más suelto, lograr esa soltura que tengo cuando me siento a tocar la bata; tengo más seguridad tocando la bata que cantando y tocando la guitarra, pero está rebueno. Con la batería puedo tocar, cantar y mascar chicle al mismo tiempo, es algo natural; con la guitarra no, me demanda más concentración, pero día a día lo voy laburando. Aparte no toco mucho la guitarra en casa, pero bueno, vamos de a poquito y show tras show va saliendo mejor.
Ahora estamos ensayando más seguido porque tocamos seguido también, eso te da otra seguridad y otra fuerza.

Ensayás casi diariamente, supongo.
FS: Sí, todos los días, de lunes a viernes. A veces los viernes no, pero si no ensayo es porque tocamos en algún lado, los sábados también. Menos los domingos... Aunque tampoco es seguro que descanse porque capaz estamos volviendo de algún lugar. Llegamos, y al otro día a ensayar de vuelta… Estamos dedicados a esto.

¿Y, ya se odian? (Risas).
FS: Sí, nos odiamos desde siempre (más risas). Nos odiamos, nos amamos y nos queremos, está todo bien, es un poco ese el sentimiento de seguir estando juntos: poder pelearte y mandar a la mierda al otro en el momento en que tenés que mandarlo y después seguir adelante. Por ahora funcionó.


UN FÓSFORO EN EL CONICET

Fósforo, me sorprendió el trabajo que tenés. ¿Seguís estando en el CONICET?
Fósforo García: Sí, sigo, aunque estoy arreglando en estos días para ver si laburo un poco (bastante) menos ahí. Por la banda, no me da más el cuero... Es un quilombo y está todo bien en el laburo, cuando nos vamos de gira lo puedo manejar, pero en general es una quemazón de cabeza. Ensayamos tres veces por semana y me doy cuenta de que los días que ensayo y trabajo quedo de cama, ¿entendés? Y los fines de semana de mi trabajo de lunes a viernes tocamos, viajamos; y en realidad no tengo ni un solo día para desconectarme de las obligaciones. Eso te liquida...

Aparte a ustedes les está yendo cada vez mejor. Aunque quizás te guste lo que hacés en tu laburo... ¿Qué es exactamente lo que hacés?
FG: Por suerte sí, nos está yendo bien con la banda. Y en este laburo estoy hace como seis años, manejo un archivo digital de lenguas indígenas, un archivo de consulta para lingüistas sobre todo, pero también antropólogos y ese tipo de cosas. Con mucho material de campo... También asesoro a los investigadores en cuanto a cosas técnicas, de cómo llevar, cómo procesar el material de ellos. Ese tipo de cosas.

Es un laburo que no podés hacer así nomás.
FG: Mirá, ya lo tengo bastante calculado, puedo hacerlo bien... Pero bueno, vamos a ver qué sucede.

Sos el único de los tres que no tiene o tuvo algún proyecto paralelo...
FG: Bueno, se explica bastante por lo que venimos hablando. Todo el tiempo estoy boludeando, haciendo cosas, aunque en general me parece que son una poronga y terminan en la nada (risas). Pero sí, tengo ganas de hacer algo.

La falta de tiempo te boicotea.
FG: Tiene que ver con la energía, no es solamente el tiempo: es tiempo y energía, porque hay días en que podés ponerte a hacer algo un par de horas, pero realmente estás tan limado que no pasás de la hamaca paraguaya y la tele... o internet. Hay momentos en que necesitás cierto parate, a mí me pasa eso.
En general, las pocas composiciones propias que tengo con Pez son de períodos de vacaciones. Compongo ahí porque es donde puedo dedicarme a hacer lo que tengo ganas.

¿Componés con viola?
FG: Sí, a veces con viola, aunque ahora hace rato tengo uno de los bajos en casa, uno acústico, y por lo general me mando con eso. Letras no escribo, compongo sólo música.
Tengo ganas de armar algo con un guitarrista amigo, ojalá pueda solucionar pronto el tema de mis días de laburo para arrancar con eso, porque aparte lo vengo cajoneando hace unos meses. Quiero juntarme con este amigo para hacer metal satánico (risas).

Bueno, los últimos discos de Pez son más pesados que lo que hicieron a mediados de la década pasada.
FG: Sí, son pesados... ¡pero quiero hacer cosas más afuera del universo! (Más risas).


PECES EN LA REDES

¿Cuánto creen que les sirve el contacto con la gente a través de las redes sociales? No hace falta decir quién maneja el Facebook de Pez, creo que se nota...
FS: No es sólo Ariel... Hay veces que la gente se engancha a pelear con alguien pensando que es Ariel, ¡y no es así!

¿Lo manejan los tres? Estaba seguro de que sólo era Ariel.
FS: No te puedo decir igual, somos varios... (Risas). Gente de la banda, y gentes que no son músicos de la banda también. Pero saben que tienen la libertad para tirar bombas, entonces es medio esquizofrénico. Porque incluso entre nosotros nos contestamos sin saber quién te está escribiendo, entonces a veces le escribo desde mi Facebook a Pez y es como que le escribís a un ente. ¡No sabés quién te contestó ni a quién mandar a la mierda! (Muchas risas).

Me imagino que después hay una investigación...
FS: No, no, no, hay un código: no se sabe quién te contesta, listo, ya está. No se pregunta. Y un poco pasa con la gente también: la última semana de furia saltó toda la movida y lo puteaban a Ariel y él se había dado de baja de Facebook porque le había agarrado el chifle (risas). Y todos seguían pensando que era él, pero en Facebook no estaba más. En síntesis: no, no siempre es él...

Nos quedamos en el misterio (risas). ¿Pero les sirve o no ese contacto?
FS: Yo creo que nos sirve, todo lo que genera polémica de algún modo sirve, además es divertido. A veces no puedo creer que haya gente que se lo tome tan a pecho y me digo “la puta madre, fijate un poco lo que está pasando, no te podés poner así o angustiarte por esto”. Hay gente que se engancha en la joda y otros que se enroscan en algo muy personal y muy emotivo, ¡hay que relajarse un poco más!

¿Y la política de subir los discos colabora también?
FS: También, todo lo que vamos haciendo son pequeños granitos de arena que hacen que vayas sumando. Todo es laburo: eso, ir a tocar a los lugares, dar entrevistas, subir los discos, poner los videos que andan dando vueltas por YouTube y que filma la gente... Es el aparato que tenemos armado, de algún modo, y evidentemente funciona. De a poquito, pero funciona. Al no tener una compañía que te ponga dieciocho veces por día sonando en la radio, o que te rote un tema en los canales feos de música que hay, o que te meta en todos los putos festivales para que te vean todo el tiempo 20 mil tipos, la que nos queda es esta. Y evidentemente funciona porque todos los shows, año tras año, la convocatoria aumenta y eso debe ser fruto de todo lo que hablábamos recién.

¿Dónde se ven en unos años?
FS: No sé... En un escenario, tocando. Eso seguro. Es lo que hacemos y, salvo que ocurra algo muy difícil de sobrellevar, estaremos tocando y haciendo rocanrol.


* Pez sigue presentando Vieja era, nuevas mañas. El viernes 7 y el sábado 8 de junio, estarán tocando en el Santana Bar (Pte. Perón 414, Ramos Mejía). Anticipadas con descuento en Locuras (Morón) y Smile (Ramos Mejía).
A su vez, Franco Salvador continúa presentando La cruda realidad, esta vez junto a Laissez Faire y Sólo en Cines en el marco de La Fiesta Azul. ¿Cuándo es la cita? Este sábado 1 de junio en el Zaguán Sur: Moreno 2328, Boedo.
Además, desde su Facebook, Pez confirma algunos proyectos que comentaron en la primera parte de nuestra charla: “-El Boxset del viejécimo aniversario (gracias Estudio Gogo Goch por el empuje)...
-Un par de temas nuevos (que tal vez integren el ítem de acá arriba)...
-Un Split Salvaje con nuestros ídolos de FUTBOL.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Charlas con músicos: Franco y Fósforo, de Pez (pt. 1)


Hace dos semanas me di una vuelta por la sala de uno de los grupos argentinos que (se está haciendo justicia) más creció en los últimos años. Los queridos Pez traen novedades y con su salvaje disco Nueva era, viejas mañas vuelven a un formato en el que se mueven con comodidad, el trío.

La idea inicial era charlar con los tres miembros, pero Ariel Minimal decidió no hablar esta vuelta: no quiere dar notas y se lo bancamos (ya nos dio su palabra hace un tiempo), por lo que fuimos al encuentro de Fósforo García y Franco Salvador post-ensayo del grupo. La mayor parte de la charla transcurrió con el gentil baterista porque Fósforo tenía que partir a otros destinos; de todas formas la base está y acá va un gusto más que nos damos en La música es del aire: una de nuestras bandas favoritas se explaya para nosotros y ustedes acerca de su música.
Aquí se va la primera, que la disfruten.

Texto: Tucho
Fotos: Victoria Schwindt

NUEVA ERA, VIEJAS MAÑAS

Disco nuevo: ¿cómo se fue dando?
Fósforo García: Yo tengo una teoría respecto de cómo se fue formando este disco, no sé si hablamos esto nosotros (lo mira a Franco). Para mí, cuando quedamos como trío empezamos a hacer cosas, después de haber dicho que no queríamos hacer un disco, porque te acordás que decíamos de no hacer un disco este año... Y salió un disco a la fuerza: para mí, cuando quedamos como trío hubo toda una movida energética, nos cambió la forma de tocar y eso nos generó una energía que venía con tocar un montón de cosas nuevas. ¿O no? (Vuelve a mirar a su compañero).

Franco Salvador: Sí. Tuvimos que mover piezas sí o sí con la salida de Pepo [Limeres, tecladista del grupo hasta mediados de 2012] y entonces hubo que rever cómo tocábamos un par de cosas, y eso nos fue llevando. Nos gustaba este formato de trío y cómo tocábamos, y empezaron a aparecer temas nuevos que pintaban para ese lado, nos entusiasmamos y le dimos para adelante.
Son once temas del disco, uno mío, uno de Fósforo y los otros nueve de Ariel. Las letras las hizo todas Ariel. Y bueno, pasó eso: estuvimos tocando mucho acá, ensayando, demeando y grabando. Como podemos grabarnos, escuchábamos un ensayo y reveíamos partes hasta que, ensayo tras ensayo, quedó como queríamos.

Fue fundamental la vuelta de Pez al trío para que exista este disco, entonces.
FS: No se si hubiera salido este disco.
FG: Este disco así, no. Quizá hubiera salido otro, pero este seguro que no.

¿Cómo se sienten volviendo al trío? En esencia, siempre tuvieron esa cosa de trío.
FS: Sí, no lo sé, por ahí con el tiempo seamos otra cosa... Así como estamos hoy, estamos bien, pero por ahí dentro de un año nos hinchamos las bolas y sumamos una gaita (risas). Ahora estamos cómodos, está sonando bien y estamos contentos, pero nunca descartamos nada... ¡con todo lo que ocurrió desde que empezamos! Todo lo que fue sucediendo estuvo bien, hemos llegado a tener hasta dos teclados, mirá si habrán pasado cosas raras... (risas).

¿Por qué Nueva era, viejas mañas?
FG: Fue idea de Ariel, y habla un poco de todas las cosas que cuentan las letras, en principio. Eso ya se lo tendrías que preguntar al poeta...

No tiene nada que ver con una nueva era en la banda, digamos...
Los dos: Noooo...
FG: Esas cosas son muy personales de Ariel y él puede llegar a decir o explicar qué quiso decir en cada letra. El nombre del disco encierra un poco el concepto de todas esas letras.

Me interesa esto, ¿ustedes por lo general no charlan de lo que hablan las letras?
FS: No, no se cuestionan; por otro lado nos gusta lo que escribe Ariel, entonces tampoco surge. A ver: nunca nos sentamos a preguntarle “che, ¿acá qué quisiste decir?”. Capaz vos escuchás la letra y te pinta por algún lado, a ella (señala a Victoria) le pega por otro; y a nosotros tres nos pega por el mismo lado, porque estamos viendo y hablando las mismas cosas, entonces por ahí entendemos más puntualmente lo que Ariel quiso decir. No hace falta la explicación: ya está ahí.
A la hora de componer capaz se discute más, se intercambian ideas, por momentos hasta de manera exacerbada, sin llegar a discutir...
FG: Sí, es una discusión...
FS: Bueno, sí, es cierto. Eso se labura más y como te decía antes, se revé: lo grabamos, lo escuchamos, lo modificamos, lo volvemos a grabar, lo volvemos a escuchar... Va transformándose y lo hacemos entre todos, si bien la idea principal de la canción la trae uno solo, después va teniendo aportes de cada uno. Por ahí se le corta una vuelta a un tema y lo sugirió otro que no fue el que lo trajo. Se mueve todo el tiempo hasta que queda donde nos gusta.


¿En este disco se laburo mucho así? Porque se hizo rápido.
FS: Sí, lo hicimos rápido justamente porque lo laburamos mucho previamente. Lo demeamos dos veces entero, algunos temas tres. Teníamos todo preparado para grabar y grabábamos en vivo, tanto los ensayos como el disco: sacando la voz, en el disco no hay sobregrabaciones; lo hicimos en El Pie, con el Pájaro [Gonzalo] Rainoldi. Las bases las grabamos en un día y al segundo día metimos voces, coros y esas cosas. Pero los temas los grabamos todos en un día.

¿Qué le ven de especial a este disco, comparándolo con los anteriores más cercanos? 
FS: Puntualmente, la diferencia de que hacía como ocho o nueve discos que no sonaba el trío y –nos da la sensación a nosotros– Nueva era... es más violento, más agresivo que los discos anteriores: fue quedando así. Y otra cosa que se representó bien y nos costaba era tratar de lograr que suene como el trío suena en vivo. Lo más parecido posible, con esa contundencia y qué sé yo...

¿Sentís que les costaba?
FS: Y, en los discos sí. Por lo menos, cuando después los llevábamos al vivo tenían otra furia. Es una percepción que tenemos nosotros y por ahí estamos equivocados, pero en este disco sí sentimos que se representa muy bien cómo suena la banda en este momento, quedamos re conformes con el audio. Era la primera vez que laburábamos con el Pájaro, un muy buen técnico.

PEZ DE GIRA

¿La idea es tocar mucho el disco por el interior?
FS: Sí, salieron unos FestiPez por el interior, con Fútbol y Humo del Cairo como invitados [fueron el fin de semana que pasó]. Es la primera vez que llevamos el formato fuera de Capital, y la idea es seguir, nos encantaría recorrer todo el país haciéndolo porque está bueno lo que pasa cuando tocás con bandas amigas y para la gente está bárbaro por la variedad de las cosas que pasan en el festival.

¿Les cuesta llegar al interior todavía?
FS: Algunos lugares ya los tenemos aceitados, que son los que repetimos dos veces al año: Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Mendoza... Hay otros donde vamos de vez en cuando porque es más difícil.

El Norte es más bravo, ¿no?
FS: Sí, ahora igual empezamos a ir de a poquito para el Norte, desde Corrientes y Misiones hasta Santiago del Estero, Tucumán y Formosa... En Misiones tocamos en un festival al aire libre, con un escenario que estaba muy bueno y en Formosa también, en un lugar que está muy bien. Después hay lugares que nos son imposibles, no sé bien por qué, es una cuestión metafísica saber por qué no podemos ir a Neuquén, a Ushuaia...
Creo que de Ushuaia es el lugar del que más reclamos –por llamarlos de alguna manera– recibimos desde que empezamos a tocar. Hace 20 años que nos vienen pidiendo “loco, vengan a Ushuaia”.

¿Y qué pasa?
FS: Que las dos o tres veces que estuvimos por ir y que más o menos cerramos algo, estaba todo bien y dos semanas antes se cayó por algún motivo. Lo mismo en Neuquén, en Viedma... Y nosotros no tenemos la guita para ponerla e ir allá a ver qué pasa, necesitamos la ayuda de un productor del lugar que labure la fecha para que la gente se entere y vaya.
Es un objetivo que tenemos, estamos todo el tiempo con eso de poder ir al Sur, pero le buscamos la vuelta y se nos hace difícil. Es un traslado caro: el pasaje a Ushuaia son varios miles de pesos, pagar un lugar allá, que la movida rinda y vaya gente... No es fácil porque además tampoco sabemos qué puede llegar a pasar: si fuéramos sabiendo que va a ir a vernos mucha gente, listo, la hacés.


20 AÑOS: CHARLAS Y PROYECTOS VARIOS

Para los 20 años habían contado la idea de sacar un box-set con rarezas, más la película Hay lo que hay... ¿En qué quedó eso, se frenó por la salida del disco?
FS: No, vamos y venimos todo el tiempo con un montón de decisiones, quizás ahora te digo lo último que pensamos y dentro de una semana se cae también. Está eso de querer hacer el box-set, sí, pero es mucho laburo y no sabemos cómo encararlo. Hay que escuchar todas las cosas que grabamos desde el minuto cero y es un montón, tenemos una barbaridad: eso es lo que más nos frena para hacerlo, que es un laburo infernal de sentarse diez días a escuchar, a seleccionar.
Esa es una de las ideas, después dijimos de hacer otro disco antes de fin de año...

¡¿Otro disco de temas nuevos?!
FS: Sí, otra cosa. Pero son cosas que vamos hablando y claro claro no hay nada. Lo más firme en un principio era hacer el box-set pero ahora está medio frío, quizás lo llevemos a cabo. Más que nada es la decisión de decir “lo hago, le pongo el pecho y me pongo a escuchar lo que hay”. Si hacemos eso, realmente conscientes de hacer ese laburo, en diez o quince días tenemos que seleccionar las canciones.
La idea era tres o cuatro discos y un DVD: dos discos en vivo, otros de rarezas, no sé… Está todo ahí, hablándose y viendo si se hace o no.

¿Y para hacer un nuevo disco tendrían que ponerse a componer de vuelta o tienen algo?
FS: Sí, tendríamos que arrancar de vuelta, todavía no tenemos nada. Fue un arranque que tuvimos en estos días, cuando nos fuimos de gira empezamos a fantasear con la idea de hacer algo que no tenga nada que ver con este último disco, con esa cosa metalera y rústica. Pero vamos a ver qué pasa.

¿Volver a algo más cancionero, quizás?
FS: No sé si canción, formato canción no creo, algo más volado, más delirado y más psicodélico podría llegar a ser.
También estamos viendo de fabricar vinilos porque Fósforo y Ariel están con la fiebre del vinilo y compran como locos; yo no tengo para reproducir así que todavía no llegué, cuando me compre seguramente me vuelva loco también. Entonces también dijimos, en vez de sacar el box-set, de sacar algo en vinilo o reeditar algún disco... Hacer algo especial. Pero también hay que conseguir quien haga los vinilos...

¿Acá hay alguien que haga?
FS: Parece que hay alguien que hace unos más chicos, tipo EP, en los que entran dos temas por lado. Porque los que hacen afuera no los podemos entrar.

¿En Brasil hay fábrica, no?
FS: En Brasil hay una fábrica pero no sé si es de vinilo o de acetato, que es una cosa más berreta. El tema es que de Brasil o donde sea, los podés fabricar pero no los podés entrar. Podés entrar veinte, de queruza, pero si querés entrar 200 o 500 discos, olvidate. El costo es imposible y tenés que venderlos a 600 mangos. Entonces, no está definido tampoco (risas).
Lo único claro es lo del 18 en El Teatro, vamos a estar presentando el disco y probablemente lo toquemos entero...

* Pez presenta Nueva era, viejas mañas este sábado 18 de mayo en El Teatro de Flores (Av. Rivadavia 7800), junto a El Perrodiablo.
Entradas anticipadas en Ticketek; sin service charge: en Disquería Oid Mortales (Av. Corrientes 1145, local 17, ciudad de Buenos Aires); La Estaka (Rivadavia 334, local 20, Quilmes); y La Disquería (Calle 49 entre 8 y 9, Galería Williams, local 23, La Plata).
Vayan y aprovechen para comprar el disco que ya pueden escuchar acá y va a estar a la venta el día del show.

jueves, 9 de mayo de 2013

Gustavo Suárez: Cuerdas del Conurbano


Gustavo Suárez dedica su vida a la música. Es uruguayo, pero se vino a vivir a la Argentina en 1974: cayó en la ciudad donde vivo, San Miguel, después de una breve estadía por Capital.
Desde entonces no para de tocar y proyectar cosas, lo puedo decir porque lo conozco hace diez años y nunca paró de gestionar eventos para que la cultura local, esa que a veces no se ve tanto, se mueva.

En su país natal, Gustavo era vecino del barrio Buceo y en la casa de al lado vivía un tal... Eduardo Mateo. Su familia tenía un kiosco y, como Mateo solía deber, a veces trocaba productos: "tuve una guitarra de él", me cuenta Suárez muy suelto de cuerpo. Para que le crea, me muestra una foto con el instrumento, mientras recuerda que a la casa de Mateo iban a ensayar el Negro Rada, Jaime Roos y los hermanos Fattoruso. Supongo que miraría atento aquellos movimientos, ya que toca la viola desde los seis: "sacaba sillas a la calle y tocaba en la vereda".

Ya en Argentina, formó un grupo con un compañero de la secundaria:"hacíamos jodas como cambiarle la letra a canciones de KISS, es muy de murga uruguaya eso". Cuando comenzó a estudiar más seriamente, dice, empezó a hacer música instrumental; él prefiere llamar a lo que hace Música Popular Instrumental, para que no quepan dudas de que la música sin cantante también es y puede ser popular.

Cuando terminó el secundario, Gustavo comenzó a dar clases particulares a la vez que colaboraba con la Academia de Música de Ricardo Pellican. Al tiempo, Pellican lo llamó para integrar su grupo Hot Club 4 junto a Héctor López Furst y Raúl Barrientos. El grupo surgió de la separación de Swing 39, conjunto mítico del jazz de acá en el que tocaba también Walter Malosetti. Los HC4 grabaron un disco homónimo en 1989, en realidad... ¡un casete!

En paralelo a todo esto, Gustavo continuó con su actividad difusora de los músicos del Conurbano -esa zona periférica a la Capital pintada por lo medios de comunicación como un lugar violento, selvático e inseguro-, brindando conciertos en el barrio Trujui Fondo de San Miguel. Primero eran ciclos en la casa de su madre, a los que iba la gente del barrio; luego la cosa fue creciendo y se transformó en el ciclo Cuerdas del Conurbano, en el Gustavo presenta a sus alumnos: el ciclo se sucede hace casi 25 años.

Suárez afirma que esto fue el germen para La Caldera, un centro cultural que armó con Jorge Paladino -un médico y dramaturgo amigo- y Pedro y Alejandro Szadursky, ambos actores. En el rubro música, pasaron por el escenario de La Caldera varias estrellas de la música popular argentina: desde Lito Epumer al Mono Fontana, pasando por Raúl Carnota y los Malosetti, Walter y Javier. También Beto Satragni, Cacho Tejera, Armando Alonso y Willy González.

A fines de los '90, en tanto, nació Che Botija, el dúo argento-uruguayo que conforma con el eximio guitarrista porteño Hernán Alizieri, que grabó en 2000 un hermoso disco homónimo, clase de guitarra para cualquier aprendiz de candombe, música brasilera e improvisación a dos voces. Una delicia que por suerte, veo, se puede escuchar por internet.


Por esa época también, Gustavo comenzó a dar clases en la Universidad Nacional de General Sarmiento, donde dictó cursos de armonía y ritmo musical, entre 1999 y 2010. Tuvo un plan ambicioso que, lamentablemente, por ahora está frenado: "Armé el Ciclo de Formación en Música Popular proyectando la idea de crear una Escuela de Música Popular en San Miguel: junté firmas y se declaró al proyecto de interés municipal. Mi idea era hacerla en la Universidad, pero por los egoísmos de algunas personas quedó ahí, en stand-by".

Entre abril de 2005 y julio de 2006 grabó su primer disco solista, tan solista que toca todos los instrumentos él. Todos instrumentos de cuerda: además de guitarras, se anima con el banjo, el charango, el guitarrón y el busuki. Se llama Aloído / Juegus y es doble: Aloído de composiciones propias, Juegus de visiones sobre temas ajenos (Beatles, Spinetta y demás).

Su fama en la zona llevó a que lo convoque la cantante Adriana Nano, con la que grabó de canto y guitarra solos el disco Cebollas en aceite en el año 2008, nominado a los Premios Gardel. En 2010, tuvieron la suerte de girar por Europa y Gustavo aprovechó para presentar también su disco solista y el libro de análisis e investigación armónica De música, laburo que -me consta- le llevó años de estudio. De música salió a mediados de ese año, acompañado de un CD con bases para aplicar las escalas y ejercicios que presenta.
Para el disco que Nano editó en 2011, Casualidades, Gustavo hizo la pre-producción y los primeros arreglos.

Pero ahí no termina la cosa: hace seis años que, junto a su colega Daniel Mamani, Gustavo organiza el Festival de Tango y Jazz en San Miguel, y lo que llaman Ciclos de Música: festivales de lo más diversos para difundir la cultura musical del Conurbano.
Además, sigue dando clases particulares y está dictando por segunda vez un curso con anclaje en la música de cuatro fabulosos, Enarmonía con Los Beatles. El curso, de diez clases, hace un recorrido por diversas cuestiones armónicas (Gustavo maneja el tema con sabiduría y soltura, le sobra) con la música de los Fab Four como eje y ejemplo: al fin y al cabo, me dice que él es músico porque existió antes un tipo llamado John Lennon.

En los próximos meses, también, verán la luz un nuevo disco de Che Botija, Garabatos, y otro disco propio, Ensusiyaensayasolo, con composiciones propias y ajenas. Este sábado se manda una de las suyas, vale la pena darse una vuelta: