jueves, 30 de julio de 2009

Un poco de paz, por favor

Este último mes fue todo un quilombo, no tengo ni tiempo ni ganas de escribir y necesito escuchar discos reposados y magníficos. Como este de Mark Knopfler, aparecido aquí después de leer a mi amigo Darío.

A pesar de ser un gran guitarrista, el ex líder de Dire Straits se vuelca a canciones simples, omite solos de guitarra y cualquier otro esbozo de fuegoartificialismo (más conocido como virtuosismo) para dejarnos relajar un poco -"go, forget it, let it all go, let it all go"- después de tanto quilombo. Canta valsecitos y baladas como un viejo sabio, por lo que no me queda más que darle la razón y mandarme a mudar...


Por favor, quienes tengan más sedantes musicales, se pide recomendar.

miércoles, 15 de julio de 2009

LMEDA Records presenta: De mí para vos



Hace mucho que tenía pensado esto pero nunca lo terminaba de hacer. Bajo la chapa de LMEDA Records presento De mí para vos, es decir, el tributo hecho canción de un músico a otro: entre colegas.
Son muchas, muchísimas, las canciones que hay al respecto. Están las que guardan un profundo respeto e idolatría hacia quien se canta, un amor inmenso que se demuestra de letra y música. También las hay a ex compañeros de banda que han pasado a mejor vida. Y ni hablar de aquellas piezas furibundas e irónicas, con palos directos a colegas que se detestan, más parodias varias.
Yo me dispuse a elegir entre casi 40 canciones que encontré, y dejé las que me parecieron más simpáticas y significativas, obviando las agresivas (Ya morí de los Ratones no está, tampoco los palitos entre Beatles, ni la que Erica García le hizo a Mollo, o el chiste de Minimal con el bueno de Elton John). Me tenté con un par de instrumentales pero al fin decidí seleccionar estas 15 canciones que dicen mucho y emocionan. Espero que les guste.

A Jerry García (de Massacre a Jerry García): aunque siempre los ubiquen al costado alternativo, Massacre ha demostrado con su elección de covers que sus integrantes escucharon a muchos clásicos (Creedence, Rod Stewart, Beatles). En este caso no es cover, sino un tributo a un grande de la psicodelia modelo 67, por parte de una banda que más de una vez incursionó en el tema. Gran momento de un gran disco, Juguetes para olvidar... aunque la versión que aquí ofrezco es la de Diferentes maneras, el disco en vivo de hace unos años. (Ah, más allá del anuncio, Nuevo día nunca llega, problemas de track...).

A girl called Johnny (de The Waterboys a Patti Smith): el primer single en la carrera de los Waterboys fue este tributo para Patti, con un saxo introductorio genial y un andar más británico que el té a las 4 de la tarde. Mike Scott, el líder del grupo, había conocido a Smith en Londres, cinco años antes de que aparezca la canción. Cuando se grabó el disco, Mike viajó a NY para laburar con Lenny Kaye, el histórico compañero de Patti en la guitarra, pero las sesiones no prosperaron.

Song for Bob Dylan (de David Bowie a Bob Dylan): de un grande a otro. Zimmerman tiene demasiados temas a su favor, y este de Bowie está en uno de sus mejores discos (y uno de los mejores de música pop de la historia, Hunky dory). Según David, la voz de Dylan es “arena y pegamento”. Tal cual, ¿no? (Dicho sea de paso: extrañamos a Bowie, ¿alguien sabe en qué anda?) .

Luca (de Divididos a Luca Prodan): tardaron en hacerlo, pero en 1998 apareció en Gol de mujer esta desgarradora -como la voz de Mollo cuando grita el nombre de su viejo compañero- pieza del “fuelle tano que respirando pampas se aporteñó”. Recuerdan el subte de San Telmo a Chajarí, las ojotas y el bar... sinceramente es una canción escalofriante, la emoción aplasta.
Siempre sospeché que El ñandú de Las Pelotas también es para el pelado, pero como nunca confirmé la sospecha, aquí va el homenaje a Luca más reconocible.

Joe Strummer (de Cowboy Mouth a Joe Strummer): acá ni siquiera tenía a la banda, pero estos punkies oriundos de New Orleans me hicieron orinar de la risa con esta canción que habla de una falsa chica punk que canta a escondidas canciones de boy bands... ¡y no sabe quién es Joe Strummer! Musicalmente, claro, el tema es un punk-pop bien noventoso y, por supuesto, el autor abandona a la niña porque no quiere estar con alguien que no sabe que los Clash “le salvaron la vida”.

Late (de Ben Folds a Elliott Smith): esta es otra de las que no tenía y me gustó mucho. Folds se manda una balada al piano con mucha simpleza y sentimientos encontrados, entre los buenos recuerdos del autoapuñalado Smith y la tristeza de su pérdida. Me gusta la estrofa que dice: “Elliott, man, you played a fine guitar / and some dirty basketball / the songs you wrote / Got me through a lot / Just wanna tell you that”. Bonito y sutil homenaje.

Blind Willie McTell (de Bob Dylan a BWMT): esta melancólica página que permaneció como perla inédita unos cuantos años fue en homenaje para el legendario cieguito blusero. Dice Bob que nadie puede cantar el blues como McTell, pero increíblemente, Blind Willie recién fue incluida en su primera serie de bootlegs oficiales, cuando es considerada una de sus mejores canciones de todos los tiempos. (No puse Song to Woody porque es más conocida).

Con Abuelo (de Andrés Calamaro a Miguel Abuelo): a la hora de hacer tributos, AC es mandado a hacer: tienen su ofrenda, por ejemplo, Elvis y Pappo. Pero esta cancionaza para su compañero abuelo se roba todas las palmas, con una letra larguísima (como todas las de Honestidad brutal) y un nudo en la garganta que dura por cinco minutos y medio. Mi parte favorita es cuando tira: “Miguel, cojones... ¡parecés el Bráian Jónes!”.

Memphis skyline (de Rufus Wainright a Jeff Buckley): Imaginen a un artista prometedor que muere ahogado en Memphis en 1997 y aún hoy se duda de si su muerte fue suicidio o no. Bueno. Ahora hagan lo propio con otro cantautor, un tipo de tono dramático que tiene una maravillosa voz para cantar piezas tristes y paralizadoras del tiempo. El resutado de la mezcla es Memphis skyline, y te deja con los pelos de punta.

Solid air (de John Martyn a Nick Drake): un clasicazo tanto como el disco homónimo. La dejadez del gordo Martyn para cantar bluseramente es genial, y logra un clima tan etéreo como el propio homenajeado en sus canciones, en una pieza sencillamente perfecta e inolvidable: “Don't know what's going on inside / But I can tell you that it's hard to hide / When you're living on solid air”. Maestro total, que se nos fue hace poquito casi sin que nos enteremos (consíganse ya este disco si es que no lo tienen, nunca es tarde).

Song to Bobby (de Cat Power a Bob Dylan): además de versionar I believe in you, en Jukebox la Cat le escribe esta confesión más que canción al héroe de Duluth. Evoca sus primeras escuchas de Bob; una llamada desde las oficinas de Dylan para verla, cuando estaba a miles de kilómetros; y culmina con una sorprendente propuesta al jovie en el final. A propósito: qué lindo canta esta tipa, la pucha. Si me agarra la loca a último momento, mañana la voy a ver.

Tema para Luis (de David Lebón a Spinetta): hace poco vi una entrevista de Lebón en CM y el tipo contaba que Spinetta, para él, más allá de ser un amigo, era su ídolo de siempre. Cuando lo convocaron para Pescado Rabioso -lo dijo desde esa época y lo repite hoy- sintió que tocaba el cielo con las manos. No bien murió la banda, David se hizo solista y compuso esta confesional balada para su amigo, con cita al Tema de Pototo incluida. ¡Parece una canción de amor!

Life is real (de Queen a Lennon): es increíble lo que logra Queen, porque homenajea a Lennon con una canción que... ¡tranquilamente podría haber sido compuesta por él! Melódica y armónicamente es una canción re-Lennon, y eso está muy bien, porque además a medida que el tema avanza aparecen más elementos queenescos que la convierten en un tributo aún más válido. El final de la letra es bárbaro: “Music will be my mistress loving like a whore / Lennon is a genius living in every pore. / Life is real, so real / Life is cruel, life is a bitch / Life is real, so real”.

Long shadow (de Joe Strummer a Johnny Cash): otro que tributó asimilándose a sí mismo como si fuera el homenajeado, fue el capo de Joe con sus Mescaleros. Lo triste de este caso es que Strummer dedicó el tema a Cash pero terminó falleciendo antes que el propio Johnny, y la canción debió ser incluida en el álbum en el que estaba trabajando cuando murió y que terminó siendo póstumo, Streetcore. Strummer se vuelve un cantante country por 3 minutos y pico, acompañado sólo por su guitarra.

About a boy (de Patti Smith a Kurt Cobain): genio y figura en esto de dejarnos paralizados, en su retorno total de 1996, la tía Patti se mandó esta barbaridad de obra para Kurt. Ocho minutos de clima puro, donde el sentimiento se nota tan verdadero que hasta me atrevo a decir, es una canción difícil de escuchar. Había otros temas para Cobain pero este es insuperable y deja sin palabras. Tan simple como eso. Y tan simple como que LMEDA ama a Patti Smith por sobre todas las cosas (?).

Que lo disfuten.