martes, 28 de octubre de 2014

Acorazado Potemkin, tres por tres


Tercera y última parte de la hermosa charla con los tres Acorazado Potemkin. No por casualidad publico todo lo que se habló (más allá de mi costumbre de hacerlo...): lo dicho por Federico Ghazarossian, Lulo Esain y Juan Pablo Fernández es interesante y profundo. La dosis de humor que tiene el texto me sorprendió a mí mismo al desgrabar y sorprende al releer: sospecho que Juan Pablo podría ser un tuitstar si se lo propusiera, por su capacidad para aprovechar el hueco y clavarla al ángulo con unas pocas y precisas palabras (aunque no creo que esto esté entre sus objetivos más próximos).

Lo demás ya lo saben. Que fuimos con Miriam y Vicky y que la charla abarcó un temario amplio o, como titulara la revista La García una vieja nota con Los Redondos, fuimos "del universo al bife". En este cierre, los AP nos cuentan cómo sobreviven (o no) de la música; reivindican la movida de festivales autogestionados por sobre los megaesponsoreados; reconocen a nuevos valores de la escena; y profundizan en el porqué de su nombre.

NOTA: Santiago Segura y Miriam Maidana
FOTOS: Victoria Schwindt

[PRIMERA PARTE - SEGUNDA PARTE]


"SOS MÚSICO Y... ¿DE QUÉ TRABAJÁS?"

MM: ¿Ustedes pueden vivir de la música?
JPF: Tenemos siete u ocho cosas que están incluidas en la palabra “música” (risas). Cada uno arma el puchero con un montón de cosas distintas. Yo, ponele, hago desde gráfica, hasta música para obras de teatro o películas.

SS: ¿Gráfica en qué, hacés diseños de discos y demás?
JPF: Sí, claro, soy diseñador gráfico. Y bueno, paro la olla haciendo muchas cosas... Como le pasa a la mayoría de la gente, en todo el mundo, salvo a los europeos.

MM: A los psicoanalistas nos pasa lo mismo. Igual es ridículo pensar que vas a vivir de una sola cosa.

SS ¡No debería ser tan ridículo! (Risas).
FG: Estaría buenísimo, para estar con la cabeza sólo en eso. Me gustaría vivir sólo de la música. Hace siete años que hago cualquier cosa: vendo rodillos, trabajaba en pruebas de coches, me contratabas para estar parado en la esquina y me quedaba parado en la esquina... (Risas). Pero porque musicalmente había meses donde no ganaba un mango. Hace cuatro años que estoy con cuatro o cinco bandas, algunas que son eventuales y otras más fijas, pero hay meses donde igual no llegás y entonces terminás haciendo cualquier otra cosa; aunque siempre esté pensando en música.

MM: ¿Pero no estás dando clases?
FG: Sí, tengo algunos alumnos, pero pocos...

SS: ¿Y ahora qué de todo eso hacés, aparte de la música?
FG: Lo de los rodillos. Salgo a vender rodillos y pinceles, hace siete años que lo hago, lo sigo haciendo porque… ponele, este mes estoy al horno (risas).

JPF: No musicalmente, económicamente (más risas).

FG: Tengo un par de alumnos y nada más.

LE: Y los alumnos van y vienen. Yo medio que me armo entre Acorazado, Valle y Motorama más los laburos que hago de drum-doctor, en estudios de grabación y eso. Y después tengo algunos alumnos. La otra vez estaba yendo a tomarme el bondi y me crucé con el verdulero, y me pregunta: “¿vas a laburar? ¿De qué laburás vos, Luciano?”. “¡Toco la batería!”. “¿Y ganás plata con eso?” (Risas). Entonces yo le digo: “¿qué es ganar plata, recuperar la plata que gastaste el mes pasado, o juntar para el mes que viene?”. Es un poco eso, saco de un lado y pongo en el otro, voy tapando huecos. Pero no hago otra cosa por fuera, todo está relacionado a la batería y a la música.

JPF: A mí el verdulero me dijo que nos había visto en Encuentro (risas).


LOS FESTIVALES, LAS BANDAS NUEVAS

SS: ¿Y con la Ley de la Música se activó algo ya?
LE: Todavía no, no hay nada claro.

FG: Eso de que no te tienen que cobrar el sonido, por ejemplo, todavía no cambió. O que tiene que haber un cachet fijo.

JPF: Igual a nosotros la experiencia nos juega a favor, ya sabemos por dónde movernos. Pero sigue estando el tipo que te hace vender entradas, sigue estando el que te cobra la cerveza...

LE: Y también pasa que sigue estando la banda dispuesta a pagar para tocar antes de una banda que viene de afuera. O incluso para tocar con bandas de acá. Y eso es lo que determina que se siga sosteniendo esa porquería de hacerle vender entradas a la banda, que pasa desde que yo era muy chico. Yo siempre me dije que nunca en mi vida iba a hacerlo. Igual, hay algo así como movidas paralelas, que no se cruzan. Hay un circuito de bandas que tocan en ciertos lugares, que capaz arman un festival de cinco grupos y no se prestan las cosas entre sí, y en la puerta tenés que decir a qué banda vas a ver... ¡Y se piensan que tocar es eso!

JPF: Y después hay otra cosa linda que está pasando en el ambientillo nuestro, y es que empiezan a animarse a hacer producciones más ambiciosas los productores de por ejemplo el Festipulenta, el FestiZAS, el Music is my Girlfriend, el mismo FestiPez que hacen los chicos... La gente y el músico no tiene miedo de animarse a ir a un escenario más grande; los músicos y los productores tienen ganas y entonces venís tocando en un lugar chico y de repente se alquila el Matienzo y se pone hasta los huevos porque todo el mundo quiere ir creciendo de escenario y de público, y de ahí se va al Konex y de ahí adonde sea.

FG: Hay gente que se está animando, y es lo que te da Internet de no depender de un gran medio o de una radio. Antes el festival era de tal persona y nada más. No por nada se creó el FestiPez, y lo que generaron es algo buenísimo, demostraron que se puede hacer.

JPF: En el FestiPez o en el Festipulenta cobramos todas las bandas lo mismo, tocamos todas las bandas la misma cantidad de tiempo, todos con el mismo sonido.

FG: Y no te cobran una fortuna, no te rompen el culo para que estés todo el día viendo el cartel de Pepsi ahí (risas). Esa política de festivales que te cobran una entrada de 600 pesos y vos tenés que comprarles el agua y el pancho a ellos, te tratan como el orto y no te dejan entrar comida. La gente paga para que la forreen. O largan una preventa del Lollapalooza y te rumorean artistas para que se vendan las entradas: “viene Jack White”.

LE: Claro, lo que pasa es que te conviene comprar las entradas ahora, ¡porque el año que viene van a estar una luca! (Risas).

MM: Volviendo a lo que decían de los lugares de acá, El Matienzo, por ejemplo, es un lugar que tiene su público más allá de los shows. Está el que va a los shows y también el que va a comer algo porque es un lugar encantador. Se abrió todo otro circuito, aunque Macri se la pase cerrando lugares...
JPF: Y en el Matienzo no hay patovicas en la puerta.

SS: Son pibes como nosotros los de la puerta.
JPF: Claro, es otra lógica también. Después hay algunas cosas que pasan que son rarísimas, por ejemplo: hacés una guitarreada en tu casa y te meten una denuncia, en vez de tirarte un huevo como hacían antes. Antes te puteabas con los tipos, te cagaban a huevazos, les decías “bueno, ya va…” (Risas). ¡Ahora tenés que tener una habilitación para hacer una guitarreada en tu casa!

MM: ¡Y si guitarreás no podés bailar, es increíble! 
JPF: Igual yo nunca hice temas para bailar (risas).

FG: ¡Tiene que ser "Clase B" tu casa! (más risas).

LE: Eso pasó, me acuerdo de alguna vez en el Podestá que empezaron a decir “por favor, no se paren a bailar”.

SS: Increíble. Mencionaron varios festivales, y ahí ustedes comparten fecha con bandas más jovenes. ¿Cuáles les gustan?
LE: Compartimos en los festivales con bandas a las que les llevamos 10 o 15 años, sí. Me gustan Riel, Atrás Hay Truenos, los chicos de Córdoba del [Un día perfecto para el] Pez Banana... No sé, hay un montón.

JPF: Los chicos de Marvin, que ensayan acá, Tulús, Crema del Cielo, Norma (aunque son un poco más grandes). Los más chiquilines de ahí son los Tulús.

FG: Y Las Diferencias...

JPF: Sí, Las Diferencias me encanta. También Sur Oculto, que son más grandes pero son buenísimos.


NAVEGANDO EN EL "ACORAZADO"

MM: En relación al nombre de la banda les quería preguntar algo [nota: alerta spoiler de una película que tiene 90 años]. El otro día recordé aquello de los marineros cuando se rebelan en El Acorazado Potemkin por el tema de los malos tratos, y entregan la comida en mal estado. Pensaba que ustedes de alguna manera toman ese nombre marcados por esto, por cierta rebelión de la que venimos hablando, cierto movimiento de abajo. Que no tiene que darse necesariamente abajo, tampoco pretenden liberar a las masas. No sé si queda claro...
FG: Yo te puedo decir cómo lo tomé yo siempre. A mí la película me marcó, todo ese cine que iba a ver a la Lugones y al Cosmos, que era Bergman, Tarkovsky y Eisenstein. Me las vi todas. Me costaba la palabra "acorazado" por la parte militar, pero en la película y lo que me transmite hoy por hoy la banda es ése... Sueño de libertad, ¿no? El sueño sigue todavía, mi chiste interno era ése: el sueño sigue.

JPF: No era algo ingenuo, seguro.

FG: No por algo grandilocuente, sí por los derechos de cada uno. De preguntarse por qué aquél tiene más derechos que yo, ¿porque tiene plata? ¿Porque es policía, porque es juez, porque puede pagarlos?

JPF: A mí lo que me fascina -y que fue lo lindo de recrear- es cierto espíritu adolescente del que hablamos. Una de las cosas que más me gusta de la película es esa chispa que enciende algo, cómo funciona ese entusiasmo, ese impulso de cuando uno es más chico. Entonces uno está intentando recrear ese impulso de cuando es más pibe y, obviamente, son unos anteojos para mirar, es una forma de pararse, no es ingenuo, no es inocente, es rojo, hay un montón de cosas que le podés encontrar. Pero desde una cosa muy personal, a nuestra escala, me parece que tiene que ver con que uno hace rock para compartir eso. Esa rebelión, esa actitud, ese ideal de libertad. O buscar una sensación de libertad, aunque nunca te sientas libre del todo: siempre compartida, siempre nosotros, siempre colectiva.

LE: Un poco ese espíritu del Do It Yourself del punk rock, también.

FG: Un día tuvimos la suerte de hacer un show en Mendoza tocando sobre la película, con la película de fondo. Se proyectaba El Acorazado..., y nosotros estábamos tocando abajo. Se juntó mucha gente, era la primera vez que tocábamos en Mendoza y aparte estaba toda la gente así (mira para arriba).

JPF: Hay por ahí una foto hermosa de eso.

FG: Aparte fue en un cine de la década del ’40, ponele, y se juntaron como 300 personas. Le decíamos a la gente de la organización “no vemos un carajo” (risas) porque teníamos tres veladores nomás.

JPF: “Y bueno, sino no se ve la película”, nos decían (más risas).

FG: Trabajábamos con la luz de la película. Y en un momento, creo que fue justo en la escena de la escalera, estábamos tocando Puma Thurman... Ahí fue un flash.

JPF: Aparte mirabas a la gente y estaban todos así (mira para arriba como Federico), no nos daban ni cinco de bola.

SS: Estaría bueno que lo hicieran de nuevo.
JPF: Nos gustaría, estaría buenísimo. Sé que hay una versión musicalizada por los Pet Shop Boys, también. Se han hecho muchas cosas. A mí siempre me gustó que el grupo tuviera el nombre de algo, que la banda tenga algo que nos englobe y nos supere y nos trascienda a los tres. Que hablemos de eso como si fuera otra cosa y no la suma de nosotros. “Toca Acorazado”, me gustaba eso. Y después todas las cosas que te puede traer, no sé... yo la vi en el Centro de Estudiantes del colegio. Pero para mí en particular reencontrarme con la guitarra y con una forma de componer, hacer un trío... fue muy importante. Había muchas cosas que tenían que ver con eso, con lo que creíamos que eran ideales del rock. Después uno va creciendo y se da cuenta de que ni el rock ni ningún movimiento tienen sus propias formas y nada está ajeno a lo que pasa alrededor y a la gente que lo compone. No es que el rock es una cosa y el tango otra cosa, está lleno de cruces por todos lados.

FG: El rock venía bastardeado de todas las cosas que pasaron en los ’90, hubo un momento que no pasaba nada, de una sequedad de ideas... Y creo que después de lo que pasó en el 2001 con De la Rúa y todo el problema que tuvimos, de vuelta volvió la llama vieja. Y las nuevas generaciones también, claro. Porque nosotros, siendo gente mayor, trabajamos con el impulso de los pibes.


*Acorazado Potemkin continúa presentando Remolino. El viernes 31 de octubre tocarán junto a Las Diferencias en Pura Vida (Diagonal 78 y 61, La Plata). Entradas en puerta: $40. Show después de medianoche.
En tanto, el domingo 9 de noviembre se presentarán en La Usina del Arte (Cafarena 1 esq. Pedro de Mendoza, La Boca; horario tentativo: 17 hs.); y el miércoles 12 abrirán la V Muestra de Cine Independiente de Rio Cuarto, Córdoba, en el C.C. Leonardo Favio. Ambos shows con entrada libre y gratuita.

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