Se va la octava y La Música es del Aire Mundial os presenta a Juan Manuel Strassburger. Periodista de profesión (lo pueden leer en el periódico Tiempo Argentino), Juan conduce, junto a Nicolás Lantos, ese gran programa radial denominado La Hora Pulenta. También junto a Lantos cocreó el Festipulenta, a estas alturas el festival dentro de los que cobijan al rock under más ruidoso y corajudo (probablemente, además, el festival del tipo con más ediciones a la fecha). El emprendimiento, sabrán ustedes, no culmina ahí: se completa con los Compipulenta, discos virtuales en los que el dúo recopila canciones de todos los grupos participantes del cónclave.
Pero además de tooodo eso, Juan es hincha de River y antiramonista, defensor de las estéticas recias del rock argentino de los 90, festejante de los Mundiales y la efervescencia popular de las primeras rondas y... ¡buscador de peronistas! De todo hablamos en esta bonita nota. Sigan por aquí abajo:
RIVER, RAMÓN Y LO PULENTA
¿Cómo te llevás con la imagen que tiene River como club? Sos de reivindicar estéticas más sucias, digamos, y en ese sentido se lo suele asociar más a Boca con lo guerrero. ¿Estás de acuerdo con esa diferenciación entre Millonarios y Bosteros, o quedó vieja?
Me llevo bien. No le pido a River que cambie su historia a partir de que soy hincha, je. Por otro lado, le he visto a River apelar a la garra y al corazón muchas veces en estos años. Y con la dignidad posible dentro de este fútbol argentino tan poco fidedigno y de árbitros sospechados en casi todos los partidos, torneos de una sola rueda donde siempre hay un equipo que juega con un fixture mejor y torneos del primer semestre que se ganan por default porque ya hay otros cuatro o cinco equipos dedicados a la Libertadores y juegan con suplentes (lo cual reduce a los competidores de 20 a 15 y genera ventajas desleales como estar peleando por el campeonato y que a tu rival le pongan suplentes reiteradas veces). El fútbol es una cosa turbia a nivel mundial, sí, pero me parece que acá está particularmente viciado de nulidad y eso me saca las ganas de involucrarme más allá de que me sigan emocionando fenómenos como el de Ledesma (que tranquilamente podría haber estado en el plantel del Mundial, creo yo). O que me enganchen programas como El Show del Fútbol (el que conducía Fantino), que para mí acierta en reproducir y hasta darle una vuelta de tuerca a la típica discusión futbolera que cuando se la toma con humor me divierte mucho.
¿Jugás al fútbol o sólo sos espectador? ¿Vas a la cancha?
Jugaba mucho de chico. Era bastante habilidoso y con marca. En cancha de 11 jugaba de lateral derecho y en la de papi en el medio, recuperando y generando juego. Era más bien livianito pero de ir a trabar fuerte, amagar bastante, y no rendirme hasta el último segundo. Entre mis déficits estaban el no cabecear bien ni jugar bien de aire. Y el carecer de pausa. Era más bien dinámico.
Como espectador fui mucho al Monumental durante mi adolescencia a mediados de los '90, cuando estaba terminando el secundario y arrancando con el CBC. Los River de Pasarrella los vi bastante y los del primer Ramón también. La Copa del '96 la seguí en cuerpo y cancha de punta a punta. Gran alegría. Y primera comprobación de que aquel primer Ramón tenía bastante poco respeto por su propio plantel.
¿Después dejaste de ir?
Luego supongo me dediqué a ver más recitales y a ver el fútbol por televisión. Y a veces ni eso. Con enterarme al final cómo había salido me bastaba. Más allá del tiempo que te insume estar al tanto del fútbol creo que influyó mucho el deterioro progresivo del fútbol argentino y mi rechazo bastante fuerte a todo lo que es Grondona y sus manejos, que incluyen inevitablemente a River. El lazo, pese a todo, nunca se rompió. Y más de una vez me encontré viendo un partido con toda la atención puesta en el televisor; ilusionándome con los regresos de Salas, Gallardo u Ortega; o encariñándome con la suerte de jugadores como Ledesma, Ahumada y algún otro.
¿Qué opinás de la renuncia de Ramón Díaz? Parece que mucho no lo querés...
Que hizo la de siempre: renunciar para generar presión desde afuera y volver bajo sus propias y totales condiciones. Lo hizo en el verano del 2000, tras perder en Mar del Plata con los juveniles de Boca y enojarse porque los dirigentes (en este caso Pintado, presidente de River, que luego trató de usar para volver sin éxito) no le compraban todas las estrellas que quería (y sin considerar que muchas veces luego las desestimaba para perjuicio económico del club; caso Fonseca, caso Pizzi, etc). Y lo hizo cada vez que tuvo alguna jugada estratégica por el estilo.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo dirigir a San Lorenzo o visitar al Monumental para presionar con las salidas de Almeyda, Astrada o quien fuera. Sí, es un mal tipo Ramón, cosas que ya se sabe bastante. Pero además, también, un técnico con muchos aspectos negativos en su historia deportiva como DT. Nombro sólo uno de ellos porque sino se hace muy largo: ser el DT que más veces perdió con Boca en la historia del club (chequear Wikipedia, "Superclásico del fútbol argentino"). Peor que Passarella, sí. ¿Curioso que nadie se lo remarque, no? Él, que es tan cultor de su fama de ganador, de técnico más ganador de la historia (mote que encima es falso porque le corresponde a José María Minella de La Máquina con 11 títulos ganados), es un perdedor total en materia de superclásicos. Por supuesto que hubo equipos de Ramón que jugaron muy bien (como hubo otros que jugaron muy mal y se los recuerda menos), pero yendo un poco más a los detalles se empieza ver el mérito compartido y hasta reducido de Ramón en muchos de esos equipos buenos. Y, al mismo tiempo, su influencia realmente gravitante en todo lo malo que pasó con el club durante su dirección técnica y después, incluso en el aspecto financiero.
Tenés un tumblr en el que clasificás como Peronistas a personajes de la cultura popular. ¿Qué futbolistas entrarían ahí? Y otra cosa... ¿Ser pulenta es inevitablemente ser peronista, o podría haber jugadores o bandas pulenta no-peronistas? (Risas).
Pienso que podrían entrar Orteguita, el Turco García [nota del editor: Ídolo Total; continuemos], Romario y obviamente Maradona, entre muchos otros. Ser pulenta no significa ser inevitablemente peronista, más allá de que ayude un poquito, je. Considero que cualquiera puede ser pulenta porque serlo es una actitud en la vida que no exige embanderamientos específicos o premisas ideológicas. Lo sos (o lo querés ser) y listo.
¿Comulgás con algún lineamiento estético del fútbol o no tenés preferencias en ese sentido? Los evidentes son el bilardismo y el menottismo. Quizá el último que marcó sus pautas bien claras fue Bielsa.
No comulgo con el bilardismo ni con el menottismo. Ambos me producen bastante rechazo. En general, me parece que el fútbol (siendo de desarrollo tan incierto y arbitrario) no da mucho lugar para dogmas: a la larga se revelan ineficientes o contraproducentes. (En ese sentido, el partido en el que el Independiente de Menotti le ganó jugando mal al Boca de Bilardo 1 a 0 en el '96, en un partido feo y mezquino de ambos lados, debe haber sido una de las grandes bromas que nos dio el fútbol). Después, a nivel juego, me gustan los técnicos que saben aprovechar lo que tienen y hacer jugar bien en la medida de sus posibilidades, entendiendo por jugar bien no necesariamente jugar lindo (aunque la belleza suele ser una consecuencia final, no causa primera, de jugar bien) sino armoniosamente con lo que se tiene. No todos los DTs logran esto todo el tiempo, entonces es difícil que ahora te nombre DTs puntuales a los que adhiera 100%, pero sí te puedo decir que me gustan los realistas y bien intencionados. Los que se valen de la táctica pero no se obsesionan ni reducen todo a ella. Y los que saben conducir con inteligencia pero también con sentido humano un plantel. En ese sentido, me generan simpatía los que les dan oportunidad a las inferiores y los que tienen en la cabeza todo el plantel, no sólo a los 11 que entran a la cancha.
DE ARGENTINA '86 A LOS SHOWS DE ESTADIO
¿Qué te despiertan los mundiales? ¿Tratás de mirar la mayor cantidad de partidos posible?
Los mundiales me despiertan bastante alegría. Me gusta especialmente la primera fase, donde casi todo el mundo está involucrado y uno se descubre preguntando en el subte cómo va Japón-Costa de Marfil y emocionándose por un gol de Jamaica o Trinidad y Tobago (risas). Por otro lado, y al revés de los futboleros de paladar negro, me produce mucha simpatía que muchísima gente no habitué del fútbol se sume con pasión en mes y pico de furia mundialista. Me da una sensación de mundo compartido y de planeta que se detiene por algo mucho menos urgente que lo verdaderamente importante. Una vez, en ocasión del mundial de Alemania 06, escribí en mi blog algo que tiene que ver con eso. Lo comparto si me permitís, acá.
¿Cuál es el mejor equipo que viste?
Uno de los mejores que vi sin duda fue la Argentina de México '86. También algunos pasajes de la Argentina de Bielsa durante las Eliminatorias (aunque ya ahí se podían ver sus puntos débiles concentrados en Verón y Simeone, que luego se haría más evidentes en el Mundial). También el primer River de Gallego. O el primer Boca de Bianchi. El Independiente de Brindisi en el '94 era muy bueno también. Y el San Pablo de Telé Santana durante los '90 me daba la sensación de que era imbatible. Respecto a los River de Ramón, era cierto que durante varios momentos tenía un juego muy fluido pero sus sistemáticas derrotas contra Boca (entre el 95 y el 2000 Ramón, aunque el periodismo deportivo no suela recordarlo, sólo le ganó oficialmente a Boca una vez) y sus continuas derrotas duras en la Libertadores (salvo la primera que jugó donde fue prácticamente co-dirigido por sus jugadores, entre ellos Francescoli y Astrada) me hacen que baje muchos puntos en mi escala.
¿Qué momento futbolístico recordás como una marca importante en tu vida?
A nivel positivo tengo muy presente el mencionado de México 86, porque pese a tener sólo 8 años me hizo engancharme con el fútbol y hasta ser reconocido por mis pares en el colegio como "campeón mundial", ya que por trabajo de mi padre, que era diplomático de carrera, me encontraba viviendo en Tegucigalpa, Honduras. Ese Mundial lo disfruté mucho. También varios River campeones de los 90.
Para finalizar: ¿que opinás de los shows de rock en grandes estadios y su supuesta relación con el fútbol? Siempre reivindicás al rock argentino de los '90, sea el alternativo de los lugares pequeños como el que llegó a las canchas de fútbol.
Si pensamos que los Beatles, en sus giras por EE.UU., ya hacían giras por estadios, nos damos cuenta que tocar en lugares multitudinarios viene de bastante lejos y tuvo su origen en un tema de capacidad y practicidad, y no en una corriente estética. Es cierto que luego, en los setenta y ochenta, se desarrolló "el Arena Rock", como un formato que aportaba cierto sonido y estética resultante de ese tipo de shows. Ahí entrarían los Who más hard-rock pero también U2, Rolling Stones, Bon Jovi, Depeche Mode y un larguísimo etcétera que abarcó y abarca a bandas todas muy distintas entre sí pero unidas bajo ese fin aglutinador. En cualquier caso, sin embargo, y volviendo al enunciado del principio, me sigue pareciendo que esa masividad es consecuencia más de una "fatalidad" (la muchísima gente que eligió ir a verte) que de una búsqueda a priori, un objetivo en sí. Y nuestro rock barrial es un buen ejemplo: ni Los Piojos ni La Renga se planteaban llenar estadios cuando empezaron, simplemente les sucedió; no por nada adquirieron el mote de barriales, ¿no? Sino tal vez hubieran recibido el nombre de mundiales o estaduales. Dicho lo anterior, y sabiendo como sabés que me encanta ir a lugares chicos y disfrutar de bandas under, creo que también podés encontrarte y toparte con una belleza especial en esos eventos masivos en los que te hacés uno con todos los demás. Cuando son importantes y valen (ejemplos sobran pero a nivel local podemos nombrar varios de los Stones en River, la despedida de Los Piojos, Amnesty '88, cualquiera de los Pearl Jam, el Fito Páez del Bicentenario, la segunda despedida de Soda Stereo, etcétera), esos shows en estadios de fútbol o en espacios públicos masivos tienen el poder de disolver tu singularidad (ese ego que nos anima y nos permite ser, pero también apresa y envilece) en un cuerpo social mucho más trascendente. Un momento en donde te sentís generoso y comprendido. No todos los eventos masivos y multitudinarios son así, pero cuando lo son, te marcan y valen por todos los demás, creo yo.
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