Queridos amigos presidentes de compañías discográficas, dueños de las productoras y del mercado, lo que ustedes llaman “la industria de la música”: ya no los necesitamos. Les agradecemos los servicios prestados, pero ya somos muchos los que, hace años, prescindimos de ustedes, los primeros piratas de una cadena cuasi prostituyente que se encarga de robarle su dinero y su catálogo a los músicos y, aplicando una lógica cínica y macabra, nos trata de piratas a nosotros, los propios consumidores de la música que les da sus casas lujosas y sus manjares diarios.
Todo este párrafo primero lo podemos decir muchos de los oyentes apasionados de música, los que hace años sentimos que, de veras, esa gente nunca supo reformularse –no le interesa- y llora porque la vaca ya no da más leche. Ellos lo lograron y ellos, los mismísimos dueños de la industria, son los que auguran el final del disco (CD) como formato, los que por un lado lloran para ver si queda algo por raspar de ese tarro, mientras apoyan leyes insólitas y lagrimean mentiras tratando de convencer a algún usuariao; a su vez que -con la anuencia de muchos músicos, lamentablemente- se inmiscuyen en nuevos negocios para salvar la ropa: ahora que no venden discos les gerencian los shows a los muchachos de la guitarrita.
Ellos, los que auguran el final de la era del disco, sabemos, lo hacen sólo porque no les da más (tanta) ganancia y sí, probablemente, en algún momento dejarán de fabricarlos (tal vez sea una eterna falsa alarma). Lo que simulan ignorar es que millones de músicos –o cientos, o miles, o cientos de miles, como quieran- del mundo entero hace años que los desecharon como puente para llegar a vivir de lo que aman: tocar, girar y editar discos.
Sí, editar discos, mis queridos amigos del primer párrafo.
Es aquí donde llegamos a esos montones de grupos que realizan su tarea de manera independiente, o asociados a los tantos sellos independientes, muchas veces gestionados por otros músicos -sino, por gente que de veras ama lo que hace y no estafa a alguien que merece ganar lo justo por lo trabajado- que pululan en la Argentina y los demás países de nuestro querido universo (?).
Y aquí es donde nos ocuparemos de los protagonistas de esta nota, Ariel Minimal y Florencia Lestani, abonados a ser mencionados en este blog (a quien no le guste: jódase) por mérito y canciones propias. Batalladores del under porteño hace añares, fichados en la label creada por el propio Minimal -Azione Artigianale, el sello que edita los discos de Pez y varios grupos más-, decidieron llevar a cabo un novedoso método de financiamiento colectivo conocido como crowd funding (similar al aplicado por Panza para la edición de su último disco triple, La madre de todos los picantes) para que su álbum La piedra en el aire, de edición próxima, vea la luz: que su propio público, la gente que los va a ver y los escucha, aporte el dinero para que el proyecto vea la luz.
Sacaron el cálculo, simple: hacer un disco (grabarlo, fabricarlo, pagarle a toda la gente que colabora para su realización) sale 10 mil pesos. Con 100 personas que aporten 100 pesos, el disco sale. Tiraron la idea en las redes sociales, dejaron de señuelo su página oficial -con un texto explicativo para informarse más al respecto- y todo funcionó en cuestión de días: la gente reaccionó, encantada con la propuesta de entregarle en mano el dinero a los músicos y recibir el disco no bien esté listo, sin intermediarios; con el agregado de un show exclusivo en el que se presentarían las 13 canciones del álbum a los cien “productores del corazón” (así bautizaron los músicos al público bancador).
Flopa y Minimal juntaron el dinero el mismo día del show vaquero, que tuvo carácter cuasi clandestino en el centro más centro de la Capital Federal, con el público y los músicos rebosantes de alegría por haber llevado a cabo algo tan simple como confiar en el otro y saber que, como ellos mismos dicen, así se trabaja. Un ambiente relajado, (mucho, muchísimo) calor de subsuelo, los 13 temas que integrarán La piedra en el aire más otros de sus carreras paralelas (de los discos solistas de Flopa, de Pez) y una versión bella, divertida (con Lestani imitando muy bien a Bob Marley), sorprendente y casi improvisada de Redemption song. Todo entre chistes, risas y un ambiente descontracturado, donde se notaba la felicidad del dúo por la respuesta del público que, además, superó el número inicial de 100 personas. Nadie se hubiera quejado de que les quede un mango de ganancia a los músicos, quienes se encargaron de aclarar y avisar que, de todas maneras, el dinero sobrante será usado para reeditar discos de ambos que se encuentran agotados (Emoción homicida de Flopa y alguno de los dos de Minimal como solista).
Una verdadera lección de lo que se viene. Amén.
(Las fotos nos llegan por cortesía del amigo Gonzza Iglesias).
10 comentarios:
A mi me hubiera gustado participar, me alegra que lo hayan conseguido.
(Bah, en ningún momento dudé de que lo consiguieran).
Si llevan a cabo la idea por el interior, podrían juntar unos mangos más, no?
Creo que nadie lo dudaba, quizá sí les haya sorprendido a ellos lo rápido que respondió la gente.
Salud, Hugo.
el tema para mí es que hoy por hoy con la evolución de la tecnología y los propios recursos que maneja esta gente, 10000 pesos es casi una obsenidad cuando se habla de producciones independientes, habiendo bandas que sacan discos casi sin inversión y lo ponen para descarga gratuita en internet. para qué son las 10 lucas si yo hoy puedo grabar en mi casa o en mi sala de ensayo un disco sin plata y de buena calidad y distribuirlo por la red gratis o a muy bajo precio? sólo para tener la cajita de cartón con el plástico circular adentro? eso ya se puede dejar de lado. hay que independizarse de los medios de la industria, también...
Lalo, yo creo que el tema para los músicos pasa, precisamente, por seguir fabricando discos. Por eso hice la introducción que hice: creo que el disco como objeto sigue siendo muy útil para ellos (y esto va más allá de ser un objeto fetiche), tanto como carta de presentación como para seguir manteniendo un concepto que con internet se pierde.
De hecho, internet es parte de la industria, ¿no creés? Es difícil escapar del circuito, sí se puede hacer lo que se te cante sin necesitar ser un esclavo de nadie, después cada uno elige. Y la que decís vos puede ser otra opción muy válida también, pero no la única...
Perdón por la demora en publicarlo!
Salud!
todo bien.
pensaba por ejemplo en este pequeño dúo: http://cldscp.com.ar/
ya sacaron como 8 discos, todos en descarga gratuita, uno solo en formato físico, gracias a que la difusión de sus discos gratuitos en la red los llevó a firmar contratos con discográficas de Polonia(!)
también pensaba en mi abandono al disco-objeto, un formato que ya me parece obsoleto.
y me parece que justamente internet es en donde la industria está haciendo agua y donde los músicos independientes más cómodos se sientes.
saludos.
Conozco CLDSCP, lo que hicieron ellos es muy interesante aunque, repito, no es la única vuelta. No sé tu edad pero, igual, comprendo el abandono a la compra de discos, mucha gente ya no lo hace.
Y claro que la industria hace agua en internet y los músicos independientes se mueven bárbaro ahí! Suma y sirve mucho, pero -repito por millonésima vez- tampoco significa que los discos dejen de editarse.
Te paso como caso testigo a Acorazado Potemkin (no sé si los conocés) que subió su disco Mugre a la web primero y hace días lo editó en formato físico: tuvieron más de 10 mil descargas en internet, sumaron público para sus shows (lo dicen ellos mismos) y (esto lo supongo yo) ahora editaron el disco porque tienen a quién vendérselo. No está mal, no?
Con Arctic Monkeys pasó algo parecido, a otra escala, claro.
Salud!
10.000 pesos no es ni a palos un número desorbitado para hacer un disco bien. muchos menos contando las duplicaciones.
lo de poder grabar en las casas es lo más pero olvidate de que el resultado sea igual a un disco hecho en serio, en términos de calidad de audio.
Dante, es el número que me mencionaron todos los músicos a los que les consulté cuánto costaba editar un disco, en promedio. En ese sentido no existe discusión, seguramente va a salir mejor si lo grabás en un estudio.
creo que me expresé mal. yo lo que queria decir es que 10000 pesos no me parece exagerado para hacer un disco que suene en serio. mucho menos si dentro de esos mismos 10000 pesos se incluye el costo de las duplicaciones. o sea es un número con el que llegás justito.
iba en respuesta al comentario que decía "10000 pesos es casi una obsenidad".
Dante, te expresaste perfecto, fijate que sólo reafirmé lo que dijiste! ;)
Salud!
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