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lunes, 20 de agosto de 2007

Lou recargado

Me animo a aseverar que Lou Reed es el rockero -o músico de rock, según cuál de las dos crean es Reed- más perverso de la historia. Esto va más allá de su famosa antipatía, o su habitual ironía ante los periodistas (lean entrevistas del hombre y se van a reír mucho... ¡no responde ninguna pregunta!). A lo que voy es a su perversión para hacer canciones. Sus letras, su forma de cantar... todo suena cínico. Porque hacer una canción pop de corte clásico de los sesenta, tan Beach Boys, pero con una letra desolada que dice “¿Quién ama al sol? / ¿A quién le importa que haga las plantas crecer? / Qué importa lo que hace desde que rompiste mi corazón”, sólo lo puede hacer Lou Reed.

Así comienza Loaded, cuarto disco de Velvet Underground, último disco antes de que Doug Yule -que aquí se encarga de la batería en casi todos los temas, ya que Maureen Tucker estaba embarazada- se adueñara del nombre del grupo. Lou se quejó, cuando salió el álbum en septiembre de 1970, de que habían cambiado cosas sin su consentimiento. Claro, el pequeño detalle es que... ¡se había ido de la banda durante la grabación del disco!

Más allá de las quejas del huraño hombre, Loaded es un discazo de punta a punta. Se llama así porque la compañía les pidió un álbum cargado de hits... Los muchachos cumplieron con creces, claro, pero sus hits no eran canciones de simple digestión, sino bombas como Sweet Jane o Rock and roll y canciones hermosas y etéreas como New age; o la citada Who loves the sun. O... esa gloria de siete minutos llamada Oh! Sweet nuthin’. Las diez canciones de Loaded tienen vida propia y a la vez una cohesión entre sí envidiable: este es el disco más claro y más entrador del combo en su versión clásica. No tan sucio como los dos primeros, por comparar (el de la banana y el aún más corrosivo White light/White heat).

Durante la grabación de esta obra, Velvet Undergorund se convirtió en trío. Como digo arriba, Tucker estaba embarazada y Yule se hizo cargo de sus partes. John Cale ya no estaba, pero sí Sterling Morrison y su guitarra. Junto a Reed, lograron uno de los grandes discos de la historia del rock: pop y pesado, hermoso y desagradable, siempre irónico y consistente, Loaded se mantiene en pie y nos mantiene hipnotizados por cuarenta perversos minutos de la más perfecta imperfección.

¿O Velvet Underground no era eso, acaso?