lunes, 28 de enero de 2008

Que los cumplas feliz, Genio (II)

Por supuesto, estoy hablando de mí. Veintidós años ya de llamarme como un rancio y gracioso actor español.
Buscando algún hecho musical que tuviera que ver con la fecha -y cuando creía que era la más insignificante entre todos los días del año- me encontré con que los grandiosos Pink Floyd editaron este disquito el 28 de enero de 1977 (qué casualidad que la obra en cuestión se llame Animals). Después recordé que hace un tiempo había subido una de las tantas locuras de Jeff Tweedy, y que había sido editada también el 28/1.
Entonces, feliz cumpleaños para ellos y para mí (¡y para Marian también!).

(Pueden saludarme si quieren, y se aceptan todo tipo de regalos).

miércoles, 23 de enero de 2008

Que los cumplas feliz, Genio (I)

Después de unas vacaciones -sin ir a ningún lado, por supuesto- aquí estamos de vuelta. El motivo musical que hoy me lleva a escribir es el cumpleaños número 58 del señor Luis Alberto Spinetta. En tiempos donde se recuerdan sólo las muertes, me parece un poco más interesante celebrar a los vivos; y más si se mantienen en tan buena forma. Porque Spinetta, quién puede dudarlo, sigue manteniendo un nivel artístico que pocos de los de su generación -y por supuesto, de las posteriores también- han podido mantener. Es, creo yo, -junto a Charly García- el tipo más importante dentro del rock argentino: por su calidad compositiva; por tener voz propia -no me refiero a su increíble forma de cantar, más bien a su estilo musical, globalmente hablando, único-; por el cambio constante que le imprimió a su carrera sin perder su esencia; por la fuerza poética de sus letras; ¡por esos acordes!
Y por hacer siempre lo que se le cantó. Pocos pueden jactarse de eso. El Flaco siempre se ha mantenido al margen de todo, y aún siendo uno de los músicos más importantes del país, nunca fue muy popular. Sin embargo, siempre se mantuvo activo, desde su rincón, con sus canciones. Con aciertos y errores, nadie puede negar que Spinetta es un artista único, y tenemos la suerte de que nació en Argentina.
Mi pequeño homenaje para él, es hacerles escuchar a ustedes una magnífica obra que se encuentra inexplicablemente descatalogada (no sé si esto cuenta como regalo, pero bueno, hice lo que pude Luis). Hablo de Kamikaze, editado en 1982. En este disco, Spinetta rescata once grandiosas canciones compuestas en diversos períodos -en la franja de años 1965-1978- para darlas a la luz en versiones minimalistas, en las cuales es acompañado sólo por su guitarra y los climáticos teclados de Diego Rapoport.
La única canción pre-Almendra que hay en Kamikaze es Barro tal vez, que fue compuesta por el Flaco a sus quince años de edad... Y uno lee esa impresionante letra, escucha esa profunda música, y se rinde ante la evidencia de que Spinetta es un iluminado. Sin dudas, esta canción supone el momento más sublime de la conjunción entre el rock y el folklore por estas tierras. Y era, paradójicamente, uno de los temas favoritos de Luca Prodan, quien decía que los verdaderos rockeros argentinos eran los folkloristas que se tomaban cinco damajuanas de vino y tocaban chacareras toda la noche (Barro... está en 6/8).
Siguiendo la cronología, está Ella también -de 1969- una pieza que iba a ser parte de la ópera fallida de Almendra. En cambio, es una hermosa canción de amor de este disco, definitivamente una de las mejores que haya escrito su autor (y eso es decir mucho). Más simple pero menos épica es Quedándote o yéndote, otro tema que cualquier músico que se precie como tal desearía haber compuesto.
Es inevitable sentir a Kamikaze como una placa melancólica, incluso siendo las canciones que lo componen de épocas tan diferentes -y supongo por eso, disímiles- para su autor. Casas marcadas, Y tu amor es una vieja medalla o ¡Ah!... Basta de pensar -otro momento soberbio- son, definitivamente, obras que llevan ese sentimiento impreso en música y letra. Quizá haya una intención conceptual de Spinetta en el rescate de estos temas para su edición en disco. Pero eso es sólo una suposición estúpida de mi parte.
También hay en el álbum lugar para un homenaje a Tupac Amaru, dividido en dos partes: Águila de trueno, I y II. Respecto del tema que da título al disco, rescato un fragmento del recomendable libro Martropía, conversaciones con Spinetta de Juan Carlos Diez, y me despido:

- En el texto que escribiste para tu álbum Kamikaze, de 1982, te preguntás si ya no hay más kamikazes de la vida creativa.
- Sí. El término “kamikaze” está utilizado para gente que se juegue por lo creativo. Es una pregunta que hice y creo que hay ese tipo de kamikazes, aunque me da la sensación de que cada vez menos. Ahora lo más estándar y lo más seguro es lo que pega con la gente. Y, en general, a través de estas ideas no se provocan hechos artísticos. No es que los guíe una intención mala, sino que simplemente no hay ningún resultado musicalmente bueno.

- ¿Vos te considerás un kamikaze?
- La del kamikaze creativo es una visión romántica. Aunque un disco como Kamikaze es un disco bastante kamikaze, por los temas que tiene. Pero eso fue antes y después de aquel disco. En última instancia, siempre fui un kamikaze creativo, pero por tomar decisiones en ciertas y determinadas cosas. Por lo tanto, simplemente me limito a seguir ese curso de acción. No me detuve a pensar en otras formas más allá de mi deseo artístico. Y si eso me hace ser medio kamikaze, bueno, debe de ser así, pero no es que me lo proponga sino que sigo de cerca los acontecimientos. No podría cambiar esas cosas de mi vida.



(Feliz cumpleaños, Flaco. Gracias en serio).

jueves, 10 de enero de 2008

LMEDA Records presenta: 15 Temas Cosecha 07

Revisando los discos nacionales que escuché durante todo 2007, decidí elegir 15 temas destacados y armar otro compilado de LMEDA Records, con lo mejor del pasado año. Para todos los gustos, dejo los 15 tracks. Seguramente, debe haber importantes omisiones de mi parte, ya que siempre se olvida algo; además no tuve la chance de escuchar todos los lanzamientos que hubo. Si tienen alguna sugerencia, avisen (igual no la voy a agregar al compilado, es sólo para que mis oídos se deleiten con ella).

Giratoria – Ojas: Desde Haedo, mucha melodía pop para una canción brillante y brillosa, incluida en su promisorio debut, Naranja. A prestarles atención que me parece que se viene una banda interesante… y a olvidarse de los que sobran, que de a poco se van separando. (Al final, hay un separador –así está en el disco- no se asusten).

Esa melodía – Sancamaleon: Probablemente, mi banda under favorita y por la que me juego todas las fichas. En Polenta dejaron el rock latino a un lado y se acercaron al pop. Este tema certifica eso claramente. Por cierto, me encantan las canciones que hablan de canciones. Por eso está aquí.

Vórtice – Attaque 77: Violento tema de Attaque que, sin embargo, brilla en el estribillo. Digno de sus momentos más punks, la historia que relata la letra está relacionada a la violencia y la discriminación. Sin embargo, el estribillo alivia todo, aunque cuando vuelve a los versos…

Junín – Rosal: Costó elegir una de las diez entregas de delicadez que nos dieron con Su majestad. Preferí esta por su ambiente, y por una frase en especial de la letra: “si me caigo hay un colchón, Junín”. Genial forma de definir a un lugar querido.

La brisa – Las Pelotas: Desde su disco más pop -y más alegre también- Las Pelotas entrega esta canción irresistible. Uno de los grandes estribillos del año, con texturas de teclados a lo Cure y un uso ideal de los silencios en una canción pop.

Ramas desnudas – Indio Solari: Como todo disco del Indio, Porco Rex me fue difícil a las primeras escuchas. Sin embargo, este tema me gustó desde el principio, quizás por un par de frases –de esas que mete tan bien el muchacho- y por cómo las canta. Me parecen brillantes, aún siendo simples, los arreglos de esta canción. Lo mismo para el puente instrumental promediando el tema.

Tormentas – Valle de Muñecas: Con la irresistible voz de Manza ya sería suficiente, pero no. Valle de Muñecas, banda cercana al brit pop de los ’90, se despachó este año con un disco, Folk, en el que se muestran más cercanos a música de origen yanqui: juegan con el country, el blues y obvio, el folk. Tormentas es la mejor muestra de ese juego.

Barek – Cielo Razzo: Sin dudas, Grietas es su mejor disco -cosa que comentamos aquí- y una prueba superada de madurez. Letra reflexiva (“Como en un letargo, puedo ver que enseñan sin saber”; “Lo que afecta te expande y abre la conciencia”; “Algún día el saber será un lugar mejor y el espejo de la gente ya no será el dolor”) + música bien desarrollada + estribillo ganador: temazo.

El fantasma del 5º piso – Skay Beilinson: El gran Skay y una cuasi suite que relata una vieja experiencia lisérgica del guitarrista. Empieza tenebrosa y descriptiva, y se va desenvolviendo de a poco, junto con la desesperación del paranoico protagonista. Termina siendo un rock marca Skay, con solos luminosos a cargo de… Oscar Reyna, violero de la banda.

La orquídea blanca – Massacre: La elección de este tema obedece puramente a cuestiones musicales. La letra está inspirada en el film El ladrón de orquídeas de Spike Jonze, película que no vi, por lo que voy sólo a lo otro: clima tenso, sonido espeso, palabras dichas lúgubremente y un solo épico que cierra una gran pieza de rock, parte de ese discazo llamado El mamut.

Tu voz se va – Francisco Bochatón: Otro que llenó el año de lindas canciones. Este tema fue el corte de difusión de su disco Tic tac y es un pequeño ejemplar de canción bochatoneana, dotada de una simpleza encantadora.

Esa forma de viajar – Los Tipitos y David Lebón: Con sólo escuchar a Lebón decir “chu mirada” en vez de “tu”, esta canción de piano con armonías clásicas del llamado rock nacional se ganó un lugar aquí. Además, parece hecha especialmente para ser cantada por el ex Seru.

Ni discos de Bob – Pez: Salido a fines de año, Los orfebres es un disco impecable. Este tema es, más que probablemente, su momento menos progresivo y más melódico. Y como todo el álbum, muestra a una banda sólida, confiada y definitivamente virtuosa haciendo un rock intenso y sentido que merece el aplauso general. No se pierdan este disco, más allá del tema en cuestión.

El ocaso de mis ídolos – Cuentos Borgeanos: En el año de su consolidación, tenía que poner un tema de Cuentos Borgeanos. Elegí este porque me gusta su energía, su letra y su melodía. Las letras en este disco quizá sean menos poéticas que en el anterior, para volverse más certeras. Abril canta “van cambiando los cielos, ¿es que no ves? somos el nuevo suelo” y tiene razón. Sino, te termina convenciendo igual, por lo terminante que suena.

Buenos días, Palomar - Los Piojos: Otro tema que habla de un lugar, de un barrio. La letra recorre la infancia de Andrés Ciro y llega hasta el presente, en un camino acompañado por música casi ambiental, con un clima muy logrado. A medida que el tema avanza, va subiendo su intensidad y se van agregando elementos que lo vuelven una canción que conjuga definitivamente el eclecticismo de la banda.


(Antes de que pregunten: el compilado es nacional, pero la foto es una expresión de deseos para que "el" regreso del año pasado se extienda en gira y nos pase cerca. Ojalá).