Advertencia antes de empezar a hablar: ¡no le den bola a la tapa, que es horrible!
Ahora sí, vamos a la música.
Para hablar de este disco correctamente, lo puse de fondo para que sus canciones me vayan acompañando. Más allá de que parezca un comentario al pedo, eso me hizo dar cuenta de la obsesión con respecto al paso del tiempo (empezando por el nombre) que presenta esta grandiosa obra. Si Bowie, allá por Hunky dory, le hablaba con afecto a las cosas maravillosas, ahora dice que las mismas se están yendo a la mierda (en realidad, to hell). Se ve que el también se dio cuenta.
Durante el transcurso de Hours…, pasan canciones como Survive o Seven que confirman eso. En la primera, David pide “dinero para un cambio de cara” (no sé muy bien para qué, si está intacto con sesenta pirulos encima). En la otra, reza: “I got seven days to live my life / or seven ways to die”. Todo, en ambas canciones, en un marco perfecto vocal y musicalmente. Belleza pura.
Y si digo eso de estas dos obritas de tres minutos, ¿qué debo decir de Thurday’s child? A la definición canción increíble la encuentro pequeña ante semejante pieza. Es una canción tan relajada, casi ambient, pero a la vez extremadamente emocional, bien profunda. Si hubiera que hacer un compilado de temas de los últimos diez años, entra seguro.
Después están los momentos rockeros (por supuesto, también soberbios): The pretty things are going to hell, un sublime rock con toques electrónicos y un riff muy conocido; la floydiana If I’m dreaming my life, que suena muy melancólica -bueno, decir floydiana y melancólica en realidad es redundar-; y New angels of promise. Las tres suenan más modernas que cualquier tema de esas banditas punk pop que podemos escuchar por cualquier lado.
Llegando al final, está el cuelgue del disco (todo gran disco debe presentar al menos uno): Brillant adventure, un instrumental que suena medio hindú. El temita está bien, aparte es corto, entonces se hace escuchable.
El último tema, The dreamers, es el cierre adecuado para el mejor disco de Bowie en los últimos veinte años. Como siempre, el hombre canta como pocos lo hacen (como pocos pueden hacerlo).
¿Qué otra cosa decir, a esta altura, de un tipo con su trayectoria? Yo sólo le pido que se dé una vueltita por acá cuando quiera. Y que toque muchos temas de Hours…
Ahora sí, vamos a la música.
Para hablar de este disco correctamente, lo puse de fondo para que sus canciones me vayan acompañando. Más allá de que parezca un comentario al pedo, eso me hizo dar cuenta de la obsesión con respecto al paso del tiempo (empezando por el nombre) que presenta esta grandiosa obra. Si Bowie, allá por Hunky dory, le hablaba con afecto a las cosas maravillosas, ahora dice que las mismas se están yendo a la mierda (en realidad, to hell). Se ve que el también se dio cuenta.
Durante el transcurso de Hours…, pasan canciones como Survive o Seven que confirman eso. En la primera, David pide “dinero para un cambio de cara” (no sé muy bien para qué, si está intacto con sesenta pirulos encima). En la otra, reza: “I got seven days to live my life / or seven ways to die”. Todo, en ambas canciones, en un marco perfecto vocal y musicalmente. Belleza pura.
Y si digo eso de estas dos obritas de tres minutos, ¿qué debo decir de Thurday’s child? A la definición canción increíble la encuentro pequeña ante semejante pieza. Es una canción tan relajada, casi ambient, pero a la vez extremadamente emocional, bien profunda. Si hubiera que hacer un compilado de temas de los últimos diez años, entra seguro.
Después están los momentos rockeros (por supuesto, también soberbios): The pretty things are going to hell, un sublime rock con toques electrónicos y un riff muy conocido; la floydiana If I’m dreaming my life, que suena muy melancólica -bueno, decir floydiana y melancólica en realidad es redundar-; y New angels of promise. Las tres suenan más modernas que cualquier tema de esas banditas punk pop que podemos escuchar por cualquier lado.
Llegando al final, está el cuelgue del disco (todo gran disco debe presentar al menos uno): Brillant adventure, un instrumental que suena medio hindú. El temita está bien, aparte es corto, entonces se hace escuchable.
El último tema, The dreamers, es el cierre adecuado para el mejor disco de Bowie en los últimos veinte años. Como siempre, el hombre canta como pocos lo hacen (como pocos pueden hacerlo).
¿Qué otra cosa decir, a esta altura, de un tipo con su trayectoria? Yo sólo le pido que se dé una vueltita por acá cuando quiera. Y que toque muchos temas de Hours…
6 comentarios:
muy buena la reseña sobre el disco de bowie
chau loko
hermanas separadas al nacer, que se reencuentran durante la adolescencia en paris
y forman esto ; cocorosie
http://www.youtube.com/watch?v=HVMOHJXYI8I
tenes que subir algun disco de ellas!
excelente blog
saludos! :)
Justo ayer vi en un blog una foto de las niñas. Vamos a ver si me gustan. Si está bueno, subo algo.
Saludos!
PD: dejen el nombre no sean vagos en escribirlo.
Saludos
Recién vi el video, ya me gustaron solo con eso. Veremos los discos, pero les tengo fe
PD: están del tomate
oooooooooooooooooo qué buen disco que es hours.....
oooooooooooooooooo qué buen tema que es thursday's child...... (y qué buen video que tiene. otro más para la lista del audiolog.... :D)
Es verdad, no me acordaba de ese video.
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