Nuevo compilado de LMEDA Records. Ya saben de qué trata esto, así que vamos al grano...
Una sola cosa: Desde Privé, elegí esta para abrir porque me sonaba ideal para ello, simplemente es buen pop ochentoso, sin muchas complicaciones. Con batería real sería aún mejor, pero bueno... ya sabemos de las innovaciones de aquellos años; que ahora nos (me) suene horrible es otra cosa.
Estás acá: Su tema más rockero en los últimos 20 años. Editado en San Cristóforo, aquel rockero registro en vivo de los Socios del Desierto. Fue una de las novedades de esa placa, y no volvió a ser grabada en estudio.
Sombra de la noche negra: El glorioso Pescado 2 es uno de los mejores discos del rock argentino todo... y no es precisamente un compendio de hits. Tenía para elegir, me decidí por ella para mantener el tempo up, porque me gusta el solo y porque el estribillo me suena muy hardcore, y por lo tanto, muy adelantado. Temón.
Superchería: A pesar de estar en el disco de Spinetta más analizado y discutido -Artaud, claro- es una canción que pasa desapercibida al lado de otras más reconocidas por el gusto popular, como Todas las hojas son del viento o Bajan. Y cuando no se habla de esos, se habla de Cantata de puentes amarillos. Se olvidan de este excelente momento, musical y letrístico: “Siempre soñar, nunca creer: eso es lo que mata tu amor. Siempre desear, nunca tener: eso es lo que mata tu amor. Lo mismo da morir y amar”. Todavía se agradece.
Parvas: Casualidad o no, también desde otro disco doble, el segundo de Almendra, este rock de guitarras alocadas y letra ídem. Podría haber sido Para ir, o alguna otra de ese disco, porque del primero son todas conocidas y a El valle interior nunca le di bola. Pregunta eterna: ¿a qué se referirá el Flaco cuando canta “cien para mi, cien para el aire”?
Lago de forma mía: Letra surrealista bien Spinetta + despliegue armónico criminal bien Spinetta + melodía difícil pero muy bonita bien Spinetta = temazo. Incluida en el último disco del Flaco que logró cierta trascendencia popular -o eso me parece-, el casero Pelusón of milk.
Siempre en la pared: Pocos temas de su obra me suenan tan tristes como este. Téster de violencia es un disco que empecé a escuchar recién hace un par de meses, y en general tiende a este ánimo no muy feliz... Crónica del encierro, o de la depresión, o ambas. A mí me suena a canción cocainómana, no sé porqué.
Suspensión: Hierbas verdes, dragones que vomitan fuego, un bajo gordo, guitarras que machacan y riffean, cambios rítmicos y melódicos constantes... De Invisible había para elegir, pero me quedé con esta pieza porque quizá sea el tema que mejor equilibra la pesadez con lo melódico de aquel genial grupo. Ah, me encantan los coros de Machi.
Preciosa dama azul: Perlita oculta de un disco totalmente ignorado, quizá el más de toda su trayectoria. Hablo de Fuego gris, compuesto para musicalizar un filme del mismo nombre. Preciosa dama azul es un vals breve, con una armonía muy simple, de una niña que parece terminar mal. Menos de tres minutos y una canción preciosa, porque Spinetta es capaz de generar belleza con elementos simples, también.
La flor de Santo Tomé: Del reciente Pan, otra delicia sonora y de pluma. Exquisita y reposada, me agrada el desarrollo de la melodía en los versos, tiene algún sabor folclórico. Para echarse cómodo y escuchar a media luz.
Perdido en ti: El único rapto más o menos rockero -y hasta ahí- en un disco ultra tranquilo como Los ojos. Seis minutos y medio que tienen: letra triste, los coros geniales de Graciela Cosceri -sólo con hacer los “ah ah ah” que hace me alcanza- y un Flaco gritando su desolación por aquel amor modelo perdido. Recomendable como todo ese disco.
Paraíso: Una letra que por momentos parece dirigirse a un ser superior (“son tus hombres en el paraíso”) y en otros a aquellos mismos hombres. Guitarra limpia, y otra armonía genial que me hace pensar que el mundo sería mejor si más músicos se preocuparan por los detalles armónicos como hace Luis. (Nota: de no haber existido Gastón Pauls y su programa comprometido socialmente, de este disco quizá elegía Jardín de gente).
La búsqueda de la estrella: No suele ser común escuchar a Spinetta en temas de piano. El más conocido quizá sea Quedándote o yéndote. Esta genial canción, lo muestra sólo a voz y piano, en un plano intimista y a la vez rockero. La letra es magnífica, una de mis favoritas de él... y el “¿te parece?” del final le da un humorístico broche de oro. Imperdible.
Tu nombre sobre mi nombre: La solemnidad y la perfección acústica en una sola canción. Desde el hermoso unplugged, donde le bajó por un rato los decibeles a los Socios del Desierto, un momento que conmueve y merece ser escuchado con atención.
Yo miro tu amor: ¿Esto es Luis o los White Stripes? Guitarra bien podrida, rítmica simple, riff de esos, solo bien sucio... el retorno a los setentas rabiosos en 2004, reformulado. Suele tocar en vivo este tema, que podría haber sido el cierre del compilado, pero no...
Penumbra: porque el cierre es esta brillante canción, también del ignoradísimo Fuego gris. Me pareció ideal para este compiladito: totalmente desconocida, bonita y entradora para alguien que no conoce mucho de la obra del Flaco. De paso, como el corte de difusión del reciente Un mañana, Mi elemento, me hace acordar a este tema, queda como conexión entre el pasado y el presente.
Que lo disfruten.