
jueves, 12 de abril de 2007
Fantasmagoria - Clearence

martes, 10 de abril de 2007
Cuentos Borgeanos - Misantropía

La cuestión es que, al mando de Cuentos Borgeanos, Abril dio a luz dos muy buenos discos: Fantasmas de lo nuevo y el que aquí ostentamos. Son canciones que podrían definirse como optimistas pero a la vez dramáticas (?). Ahí está el gancho del grupo. Porque Estoico, el tema con el que empieza esta travesía sonora, es un tema sufrido, pero tiene un dejo de esperanza en su esencia. Y así va pasando con casi todos los temas que componen esta bonita placa.
Comparando el sonido de la banda con alguna otra, de vuelta me voy para el mismo lado: algunas cosas me hacen acordar, a los Foo Fighters. Son canciones potentes, bien armadas, rockeras pero con un gancho pop. Aquí no hay tanta guitara distorsionada, más bien son limpias y/o acústicas. Los temas son esas clásicas piezas de 3 minutos y pico donde los estribillos no fallan -Mírame, Tu voz, Andorondack, Te desconocí, Canción del agua, Cuentos imborrables- que dejan el sello de distinción al ser acompañadas por la voz de Miguel, de timbre particular.
Traten de escucharlo, que vale la pena, más allá de que el nombre del álbum más bien espanta (Misantropía: aversión a la raza humana, no comprendo el nombre del disco con respecto a sus canciones).
Spinetta y Los Socios del Desierto - San Cristóforo

Para destacar, la increíble inclusión en el disco de un cover de... ¡Ratones Paranoicos! Spinetta y sus dos secuaces de aquel momento -Marcelo Torres y Daniel Wirszt, dos zarpados- convierten en punk a Sucia estrella, mientras Juanse, fan confeso de Luis Alberto, todavía no lo puede creer.
Creo que no hace falta agregar mucho más, sólo que Spinetta definió a este disco como “sauna de lava eléctrica”. Escuchen el solo de Bosnia y comprenderán mejor la definición.
LAS CANCIONES:
1- Estás acá
2- Piluso y Coquito
3- Como el viento voy a ver
4- Me gusta ese tajo
5- San Cristóforo
6- El rebaño del pastor
7- Bosnia
8- Ana no duerme
9- Sucia estrella
10- Rutas argentinas
11- Viento del lugar
lunes, 9 de abril de 2007
ESE SHOW IRREPETIBLE: Waters en River

Bueno... Este show sinceramente me dejó sin palabras. O, mejor dicho, con demasiadas emociones, las cuales cuesta explicar con palabras, ya que nunca son suficientes para terminar de expresar todo eso que unas cien mil personas sentimos en aquellas dos noches mágicas en el gallinero.
Ergo, sólo me voy a ocupar de dejarles aquí el audio de este increíble show, que nos hizo pensar a todos los que estuvimos presentes que nunca más vamos a volver a ver algo parecido. Excepto que vuelva Waters...
Nota: el audio está tomado de una conocida FM argentina, por lo que van a escuchar a un par de locutores molestando de vez en cuando. Los temas no están cortados como en los discos, son diecinueve en total (por separado serían veintiséis). De todas formas, el audio es muy bueno.
jueves, 5 de abril de 2007
No se olviden de Cobain

Ya están listos para saltar: Nuca

Crítica: "Máquina de la Pampa"
El tercer disco de Nuca puede que los encamine definitivamente hacia la masividad.
Si Gustavo Santaolalla no hubiera decidido que Matías Chávez Méndez debía dejar la batería de Arbol en manos de un sesionista para la grabación del primer disco de los de Haedo, quizá él no se hubiera ido de la banda. Y seguramente, aunque la banda existía antes del alejamiento, Nuca no se hubiera desarrollado. Desde ese entonces, Chávez realizó un viaje revelador por Latinoamérica, en el cual trabajó el concepto de Nuca. Consecutivamente dejó los parches para cantar y tocar la guitarra de las canciones que él mismo compuso. Y así grabó tres discos con este colectivo musical (son 9) del Oeste bonaerense cuya conducción comparte con Pablo Romero (cantante de Árbol y co-productor de los tres discos de Nuca).
Chávez trabajó en Máquina de la Pampa durante más de dos años. Había prometido que iba a ser una relectura personal de la cumbia, pero hay poco y nada de ritmos latinos: Celso y Situación son las más explícitas, aunque en el final de Que la música no pare se ve como una distorsión y una batería cortante pueden transformar una canción latina en un power emo core. Esta placa aleja a Nuca del dub poderoso que marcó su segundo disco (Paraway, 2003) y ahora la música se apoya en una instrumentación menos artificial. La producción en estudio enriqueció notablemente a las canciones, que van de la invitación a bailar del dance a las guitarras agresivas del hardcore. La mezcla recuerda, sobre todo por las voces y coros, a los discos de Árbol, pero la inclusión de scratchs, loops y vientos le aporta el sello personal.
Paradójicamente, cuando buena parte de las bandas argentinas desearía que Gustavo Santaolalla pose su atención sobre ellas, Nuca empezó dándole la espalda al gurú del rock latino. El tiempo sanó esa disyuntiva y el final vuelve a juntar los extremos. Acá hay tanto de Árbol que es probable que empiecen a compartir caudal de público. Puede que estemos ante la placa que encamine a Nuca hacia los albores de su masividad.
miércoles, 4 de abril de 2007
Skate-rock de culto: Massacre

Una gran estupidez.
En caso de que no los encolumnen bajo ese injustificable género, lo que uno va a escuchar cuando lea una nota de Massacre (o los presenten en la radio, o lo que sea que escuche de ellos) es otro vocablo muy odioso: banda de culto. La traducción de este término, sin necesidad de Wikipedia, sería algo así como “banda que toda la crítica adora, los músicos los respetan… pero que nadie va a ver” o “banda que anda bárbaro, pero nunca va a llegar a Obras”. Y así podríamos seguir enumerando acepciones similares.
Otra gran estupidez.
Pero bueno, mejor vayamos a la música.
Aerial es el sexto álbum de Massacre (contando los EP’s) y, como los anteriores, está bárbaro. Es un disco muy maduro, impecable de principio a fin, podría decirse un clásico dentro de la discografía de la banda.
Arranca con Angélica, un clásico en su repertorio, donde ese particular ser humano apodado Walas le habla a una mujer así llamada -Angélica, no Mujer-, pidiéndole que regrese a casa. Por como se desarrolla la historia, se da a entender que Angélica es un fantasma y Walas un hombre solitario, que primero echó a ese espectro de la casa pero luego se da cuenta que lo necesita (escúchenla y luego me dicen si está bien la interpretación).
La música, desde un comienzo, arrasa. El disco sigue con Llena de fe, La respuesta es fácil y Te leo al revés, otros tres temazos. Después baja un poco la intensidad, con Cuasi delictual, pero por poco tiempo: durante casi todo su desarrollo se mantiene arriba.
Si bien es difícl destacar un tema por sobre otro, algunas canciones a escuchar sí o sí podrían ser estas que les nombro: No puedo dejar, Laika se va (¿se acuerdan de la perrita que voló al espacio exterior y nunca regresó? bueno, Walas habla como si fuera ella) y Te arrepiento, donde se le canta a una persona con algún conflicto de esos de los que es difícil regresar: “Descubrí que si hubiera habido algo que pudo ayudar / no tendríamos que haberlo dejado escapar”. Otro clásico en los shows.
El último tema del disco, Ana, quizás sea el más ambicioso en toda la carrera de esta interesantísima banda. Una mini-ópera dividida en tres movimientos (I- Ana se duerme, II- Sueña, III Ana despierta), un intento que dio sus frutos, porque es una muy lograda canción.
Si dejan correr el disco, al final -segundos después de Ana- se van a encontrar con un clásico de una gran banda inglesa, siempre segundona de otras de su generación. Probablemente, lo mismo que le pasa a esta gran banda argentina.
Con ustedes, los Massacre. Un beso, tomen.
Aclaración: el disco fue editado, en su momento, por Sum Records. Me parece -no quiero chamuyar- que está fuera de catálogo, así que pueden bajarlo sin culpa, ya que de otra forma no lo pueden conseguir (de todas formas, creo que nadie siente culpa, ¿no?).
Patti Smith Group - Radio Ethiopia

Por empezar porque acá no es muy conocida, al menos no todo lo que debería ser.
Por seguir porque es una artista con todas las letras.
Y por finalizar, porque es la mujer más rockera que hay. No hay otra como ella.
El problema era que no sabía cuál.
La razón: todos son buenos (tiene nueve).
Elegí Radio Ethiopia por una cuestión cronológica, ya que es el segundo disco que sacó. Y suponiendo que todos tienen Horses, su primer disco -el cual tenía pensado subir, pero es más fácil de conseguir que éste, hurguen un poco si todavía no lo tienen- pasé al siguiente. Después continúen el orden ustedes.
Más allá de todo lo enumerado anteriormente, Patti es autora de grandes canciones, como la que comienza este disco. Ask the angels podría ser tranquilamente un tema de cualquier banda alternativa yanqui de los ’90, pero es la apertura de un disco de… 1976.
Párrafo aparte para Pissing in a river, en la que Patti nos demuestra la gran voz que tiene (presten atención y darán cuenta de cómo le roban muchas/os cantantes que la sucedieron), acompañada por un piano épico, con un lindo solo de viola a cargo de Lenny Kaye -su guitarrista de toda la vida- y unos gritos de fondo bastante desesperantes, ya sobre el final.
Otro párrafo aparte para el tema que da nombre a la placa: ¿Alguien podría decirme dentro de qué género musical encaja? Yo todavía no sé cuál, porque es inclasificable. Pero que es rock, es rock, eso seguro. Un cuelgue de 10 minutos -en este caso exactos- siempre lo es por lo general, a veces más y otras menos soportable. Vendría a ser como Land en Horses. Otro cuelgue es Abyssinia, pero éste creo que está de más.
Por supuesto, el disco recorre diferentes estilos, pasando por el reggae (Ain’t it strange, un clásico de su discografía y Distant fingers), el funk (bah… ¿Poppies es un funk?) y aires de rock más clásico en Pumping (my heart). Todo a su manera, por supuesto, porque ella no le roba a nadie. Disfrútenlo. Y sigan la cronología que no se van a arrepentir.
Ah: como casi siempre aquí, les regalamos más que lo que en principio ofrecemos. Por eso, cuando termine Radio Ethiopia aparecerán tres tracks más en sus respectivos reproductores. Son adelantos de Twelve, el disco que sale a mediados de mes, todo de covers. Los temas en cuestión son Gimme shelter (quizá la mejor canción de los Stones), Pastime paradise (de Stevie Wonder) y Smells like teen spirit (en una particular versión). Hay un par más circulando, pero los dejo con las ganas…
Ah, si no tienen Horses, todavía están a tiempo de corregir el error. Consíganlo como puedan (supongo que saben cómo, ¿no?)
PD: Thanks MPB).
martes, 3 de abril de 2007
Rock Nacional del Siglo XXI (o Bicicletas)

La cosa es que hacen canciones muy interesantes, de pulso rockero por lo general, con algunos elementos psicodélicos -en especial en las letras, algo en la música- que los llevaron a ser teloneros de Roger Waters hace un par de semanas.
Como el EP tiene seis canciones, me voy a tomar el trabajo de explicárselas una por una.
Todos los días: Buena elección para abrir. La canción arranca con los siguientes versos: “Todos los días son domingo para mí / Riego la tristeza que crece en mi jardín / Las hojas muertas caerán / Las horas muertas que no estás”. Sin embargo me animo a decir que es una canción positiva y alegre. Porque te pone de buen humor, con su música simple y tranquila, que después se potencia y energiza cuando Julio Crivelli (el calvo cantante de la banda, de voz muy particular) grita “Estoy esperándote a vos”.
Elefantes: Cuando escuchás la letra de esta canción por primera vez, te genera pensar que fue compuesta bajo condiciones mentales no óptimas. Comienza hablando de elefantes colgados en el ventilador de techo de alguna habitación, y después en los sueños de quien canta. Luego, te hace pensar que sólo se están enumerando sueños, cuando canta “soñé una fiesta en el cementerio, fumando habanos con dios” Pero no, la primera teoría sea probablemente la correcta.
La cosa es que, al llegar a este tema, uno se da cuenta que las canciones de Bicicletas son pegadizas, sin ser hits obvios. Sólo con dos tracks alcanza. Uno se aprende las letras rápido.
Árbol: El hit del disco, lejos. Un temazo bien guitarrero -eléctrica y acústica-, de esas clásicas canciones de amor en las que el tipo se hace el desentendido (“no lloro por vos, es que tengo algo en el ojo”). Para coparse con la banda, probablemente este sea el primer tema a escuchar, porque te deja con ganas de escuchar otro.
Un jueves: Otro tema algo colgado, pero lo justo y necesario. Suena bastante ochentoso, bien pop. La letra describe un día de bajón, justamente un jueves, en el que alguien no puede dejar de pensar en otro alguien. También está bueno.
El sol: Este me suena a plagio de The Cure. Quizá sea, más que nada, por su introducción. Después se acelera, se vuelve más garagero y ahí no se nota tanto que tiene cosas muy parecidas, por ejemplo, a Love song. De todas formas, la letra no tiene mucho que ver con el amor. Maldice contra un lugar azul y sin luz, el mundo, al que no quiere regresar, quién sabe uno de dónde. Después termina resignándose a que el mundo es un lugar normal. La frase “el sol es de verdad” a veces suena a afirmación y otras a pregunta y se repite durante casi toda la canción.
Aire: Para cerrar, cantan que “todos somos hojas que van a caer” -en lo que empezaba como una canción casi alegre-, mientras el tema sube en intensidad, con los teclados como protagonistas, y uno se empieza a dar cuenta porqué los llamaron para telonear a Waters. Termina, pero un minuto y pico más tarde aparece un track oculto, psicodélico al cien por ciento, sin letra.
PD: Cuanto terminen los seis temitas se van a encontrar con dos sorpresas que subieron en la página de Estamos Felices (sello independiente por el cual los Bicis editaron su último disco). Presten atención al cambio de letra en Sucio y desprolijo (versión entre Velvet Underground y Hives). El otro tema es inédito y de su autoría: Quema.
Denle una oportunidad a esta banda, que es muy interesante. Si pueden verla en vivo, mejor. Suenan muy bien, muy potentes.
Ah, la PD de Gil Solá también vale para este CD.
domingo, 1 de abril de 2007
Basta de bandas mediocres: queremos más como esta

Después de un gran disco, sacó otro que merece el mismo título.
Podría decirse que los muchachos son un poco vagos en esto de sacar material nuevo: de Todo por un polvo a Esperando el milagro pasaron 4 años. Y de aquel disco al que aquí les regalo, pasó el mismo tiempo (cabe aclarar que en ambos hubo compilaciones en el medio: Selección y Show, en vivo). Pero, más allá de la tardanza, ambas veces nos taparon la boca con producciones intachables, en las que destacan las buenas canciones. Se podría discutir si es mejor que una banda edite cada uno o dos años; o que se tomen más tiempo y los discos sean mejores, como sucede en este caso. Es difícil elegir, aunque prefiero escuchar siempre cosas interesantes. Además, no siempre editar discos con cierta periodicidad significa mayor productividad. Se entiende ¿no?
Para colmo, el recorrido del disco es casi perfecto, con esto me refiero a cómo están ubicadas las canciones. Porque Basta es un excelente tema para abrir un álbum, pero quizá no sería tan bueno como cuarto o quinto track. Eso por citar sólo un ejemplo.
Pero volvamos a lo de buenas canciones. Eso es lo que impera aquí. Simplemente buenas canciones. Simples y profundas a la vez: Dicen que la distancia, La brisa (candidata a canción del año), Ya no estás, Donde te escondes, Más que un deseo. Y así podría seguir y seguir.
Después están los temas Las Pelotas marca registrada: Partidos (otro punto alto), Matrimanicomio, y ese casi reggae, Siento, única aparición con cierto aire jamaiquino juntando todos los temas de Esperando el milagro y Basta (y aquellos dos nuevos de Show, los bellos Cómo se curan las heridas y Hoy me desperté). Y ése no es un pequeño detalle: Las Pelotas se abocó en los últimos tiempos a otro tipo de canción. Por eso, lo mejor que pueden hacer es bajar el disco y darse cuenta por sí mismos.
¿Es el disco del año? Ya veremos, todavía falta mucho. Lo que sí puedo afirmar, es que, en este momento, Las Pelotas es la mejor banda de rock que hay en Argentina. Y se lo discuto a cualquiera…
Con esto
PD: ¿Hacía falta que la tapa fuera fea para empeorar el disco? Yo creo que no, pero bueno, ya lo dijo alguna vez el segundo Carlos más famoso: Nadie es perfecto.
LAS CANCIONES:
1- Basta
2- Como un buey
3- Siento
4- Dicen que la distancia
5- Partidos
6- La brisa
7- Buscando un cambio
8- Ya no estás
9- Dónde te escondes
10- Matrimanicomio
11- Revolución
12- La marmota
13- Más que un deseo